Las enfermedades neurológicas son aquellas en las que se produce una lesión o una disfunción del sistema nervioso, ya sea central o periférico.
Si quisiéramos hacer una comparación con la computación, las enfermedades neurológicas serían un problema de hardware, de la maquinaria, y las psiquiátricas serían más bien del software, del programa del sistema.
Los neurólogos, muchas veces, tienen pacientes con enfermedades en las cuales se pueden detectar lesiones en el sistema nervioso central, como las vasculares del cerebro, en las cuales hay una disfunción de los neurotransmisores como el mar de Parkinson.
Tal vez, una de las patologías de mayor prominencia sea la vascular cerebral, también conocida como enfermedad circulatoria del cerebro o accidente cerebrovascular (ACV), antes mal llamada ateroesclerosis cerebral.
Esta es la enfermedad neurológica que presenta con mayor frecuencia consecuencias discapacitantes o mortales, si bien se pueden hacer muchísimas cosas para evitarlas.
Todo el mundo sabe qué es un infarto de miocardio, pero no lo que es un infarto de cerebro. El infarto de miocardio o de corazón es motivo de consulta urgente en todas partes y la gente sabe de qué se trata.
La isquemia y el infarto de cerebro son menos conocidos. Se produce en cualquier parte del organismo, incluido el cerebro, cuando falta la circulación y el oxígeno no llega.
La arteria cerebral se tapa y la manifestación más común es que falla el funcionamiento de la parte del cuerpo que depende de esa arteria cerebral.
El cerebro está organizado como un mapa, de manera tal que si falla la circulación en una zona determinada, eso se va a expresar con la falla de una tal función vinculada con una parte del cuerpo.
Lo que conocemos todos es la hemiplejia, que se produce cuando se tapa una de las grandes arterias cerebrales.
Son afecciones que pueden ser transitorias, con recuperación y hasta pueden ser revertidas, por lo que el paciente debe hacer una consulta rápidamente, ya que una vez instalada es más difícil de vencer.
Grupos de riesgo
Existe gente con mayor predisposición a tenerlos, algo que ocurre también en el infarto de miocardio.
Hay factores llamados de riesgo que producen esas enfermedades, que son muy conocidos, como la hipertensión arterial, el tabaquismo, el alcoholismo, el alto colesterol, el antecedente de haber tenido problemas cardíacos o cerebrales, el estrés, el agotamiento, algunas otras enfermedades como problemas de sueño, obesidad y diabetes.
Esos factores se pueden prevenir y tratar. Lo que no se puede prevenir y modificar es la tendencia hereditaria, hay familias enteras que presentan inclinación a ese tipo de problemas, por eso tienen que cuidarse más que otras personas, porque conllevan una carga de genética que hace que sean más propensos.
Cuando se produce un accidente cerebrovascular es poco lo que se puede hacer para destapar la circulación en ese momento.
Es posible realizar un tratamiento de rehabilitación para que la persona recupere su función, pero no se descarta que queden secuelas.
Pero lo más importante en ese caso es la prevención por medo del control de los factores de riesgo.
Los ACV son mucho más frecuentes en gente de 40 a 45 años, lo mismo que ocurre con los infartos de miocardio.
Obviamente existen excepciones, pero resulta mucho más frecuente a esa edad por el depósito de colesterol y plaquetas en las arterias, por la cadena de eventos o problemas que se van sucediendo a lo largo de los años y eso lleva a que las arterias se tapen.
Otra cosa distinta son los accidentes cerebro vasculares isquémicos o infartos cerebrales que se producen en gente joven, a veces por patologías de corazón, que generan remolinos y provocan coágulos que salen disparados, impactan en el cerebro y lo deja sin circulación.
Prevención
El medicamento principal a la hora de hablar de prevención es la aspirina, que no es difícil de conseguir ni costosa, y que es muy tolerada y que previene un gran porcentaje de esos cuadros.
El principal factor que se tiene que producir para que ocurra un infarto cerebral es que las arterias del cuello y las cerebrales acumulen colesterol y eso hace que se produzca rugosidad en las arterias y que se endurezcan.
Ante eso, las plaquetas que son parte de la coagulación fundamental y actúan para defendernos del sangrado, se depositan en esos pozos o rugosidades haciendo que se deposite más colesterol y, en consecuencia, también más plaquetas.
Así se forman las placas de colesterol, que finalmente pueden tapar la arteria y producir el infarto cerebral.
Mediante el control del colesterol, si lo tuvieras alto, con una aspirina se consigue disminuir la acción de las plaquetas y cortar en gran parte el circuito del estrechamiento de las arterias.
Por supuesto que si una persona es hipertensa o fumadora y no se cuida, los riesgos serán mayores.
La aspirina colabora bastante para prevenir infartos de miocardio y de cerebro. Cumple un rol importante en el control de la salud.
No obstante, no está probado que sea útil para todo el mundo, pero sí para quienes padecen estas patologías: diabetes, hipertensión, colesterol, y obesidad.
Demás está decir que la decisión de empezar con la aspirina o no conviene que la determine un médico, por las contraindicaciones del medicamento. La aspirina es fundamental. En algunas situaciones muy especiales, se puede recurrir a los anticoagulantes.
Las arterias del cerebro son más difíciles de tratar que las del corazón; no se pueden encarar de la misma manera y tampoco cambiarlas. En el cerebro es imposible introducir un catéter como en el cuello.
Hay un tratamiento de recanalización que se usa en el momento preciso en que se está tapando la arteria, y que puede realizarse en las primeras horas una vez ocluida la arteria, pero es muy difícil que el paciente consulte justo en el momento en que se está tapando la arteria del cerebro.
Una vez pasadas las tres horas, esa arteria no se puede destapar y es irreversible.
Factor Estrés
El estrés, por su parte, resulta un factor muy importante en la producción de infartos de cerebro y miocardio. Es bastante común que una persona con los factores de riesgo, con tendencia hereditaria, desencadene un accidente cerebro vascular en el contexto de una situación de estrés.
Lamentablemente, constituye una situación difícil de controlar médicamente, que afecta la calidad de vida en general, y sobre todo en las grandes ciudades, en la actualidad, con tanta gente estresada, donde el contacto interhumano se hace muy difícil.
El estrés puede pasar muchas veces inadvertido. Hay gente muy sensible, con poca tolerancia al estrés, que desarrolla síntomas relacionados como pequeña sudoración, mareos, a veces puede ser una hipertensión arterial, una gastritis, depende de cuál sea la manifestación habitual que tenga esa personal.
El médico tiene que conversar mucho con el paciente para saber si está estresado, indagar lo que está pasando, si los síntomas son transitorios, si no hay otras causas que le produzcan estrés.
Muchas veces, los especialistas llegan a la conclusión de que alguien padece estrés por medio de un interrogatorio dirigido y con tiempo suficiente para realizarlo.
El estrés es un campo más específico de la psiquiatría que de la neurología, pero lo que queda claro es que un cuadro prolongado puede llegar a la depresión y a los ataques de pánico.
Muchas veces hay que prescribir medicación antidepresiva. Existen medicamentos nuevos que son antidepresivos de última generación, muy tolerados, muy efectivos para las crisis de ataque de pánico que suelen venir luego del estrés prolongado.
Avances en neurología
Ha habido avances enormes en la neurología en general, en cuanto a diagnósticos y tratamiento. Cada día se conoce más sobre Parkinson, sobre enfermedades autoinmunes, enfermedades no hereditarias, adquiridas por exceso de defensas en la persona, como la esclerosis múltiple.
En cuanto esta enfermedad, es importante destacar que no existe curación. El avance más que nada se dio en el diagnóstico de la esclerosis múltiple, que en la actualidad es mucho más sencillo.
Los criterios internacionales de la esclerosis múltiple han cambiado mucho. También el tratamiento para evitar la recaída de la enfermedad, que antes no existía.
Gran parte de los pacientes tiene recaídas que pueden dejar secuelas y hasta incapacitar al individuo. En los últimos años se ha descubierto que hay medicación preventiva para esos cuadros críticos, para evitar o disminuir las recaídas, aunque la enfermedad no sea curable.
La esclerosis múltiple es muy amplia en su aspecto, hay que preguntar qué tipo se padece para determinar el tratamiento y cómo controlarla. Ha cambiado muchísimo el panorama.
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