desde tiempos inmemoriales
ORIGEN
DE LA OLLA A PRESION
En otros tiempos las
cocineras
cerraban las ollas con masa de pan. O ponían un
peso encima. Creemos encontrar en este método casero el origen de la olla a
presión.
El
cierre hermético de su tapa evita la pérdida de sabores, y, como necesita muy
poco agua para la cocción conserva todas las sustancias nutritivas de los
alimentos. Parecía cosa de brujas que platos de elaboración larga y complicada
pudieran estar listos en la tercera parte de tiempo y sin perder su sabor.
Los platos así cocidos son más sabrosos y aromáticos, y las verduras no
pierden color ni vitaminas.
Otra de las cualidades de la olla a presión es su poder para cocinar carnes
duras, con la misma facilidad que se cocinan el arroz, las legumbres, las
pastas, los pescados…
Simplemente hay que saber manejarla.
La
olla a presión no solo ahorra tiempo, sino también energía, ya que
correctamente empleada, por su modalidad funcional, consume solo la mitad de gas
o de electricidad que las cocciones de tipo convencional.
La explicación es sencilla: en un recipiente herméticamente cerrado, la
temperatura de 100 grados centígrados se alcanza con facilidad, porque se evita
la pérdida de calorías que ocurren en un recipiente abierto o cerrado en forma
no hermética.
Otra
de las ventajas (independiente de las virtudes que conservan o adquieren los
alimentos preparados con la olla a presión), se relaciona con el buen humor:
como se cocina en forma muy limpia, el ama de casa evita tener que limpiar,
guardar, frotar y quitar grasa de todos los recipientes empleados, paredes
y rincones.
El ajuste perfecto de la
olla a presión evita salpicaduras, derramamiento de
salsas, jugos, caldo y líquidos sobre el fuego y las hornallas. La cocina se
ensucia mucho menos, y la familia agradece el buen humor de mamá.
Cocinar
con olla a presión requiere ciertos intentos de prueba y error. No todo sale
bien desde el primer momento: las papas se deshacen al principio, y los pescados
también.
No hay que desesperar, sino volver a intentarlo. Con las papas deshechas se hará
un puré y con el pescado una tortilla.
Hay
que aprender a evaluar tiempos de cocción, reservar en otro recipiente los que
ya hallan alcanzado el punto justo para después introducirlo en el momento
adecuado.
Por ejemplo, es diferente el tiempo requerido por un trozo de carne
especialmente duro, que por un pollo, porotos sin remojar, porotos ya remojados,
coliflor, y así hasta el infinito.
Pero
en un cierto momento, cuando cada uno de estos elementos haya adquirido su punto
justo, usted deberá calentarlos todos juntos.
En la olla a presión o en un recipiente más grande, donde quepan, pero cada
uno deberá estar listo y en su punto para este ultimo golpe de cocción o de
calor, o de mezcla de sabores.
Todos
los secretos prácticos para cocinar con olla a presión