La alimentación, ¿cambia con la edad?

A medida que nuestro cuerpo cambia, también cambian nuestras necesidades nutricionales. En esta nota, podrá saber cuales son los alimentos y nutrientes imprescindibles para mantener una buena salud en todo momento.

 

¿Recuerda, cuando, de chicos, nuestros
padres nos decían que si comíamos ciertos alimentos, íbamos a ser tan fuertes y
poderosos como Tarzán o Superman? Bien, tal vez hayan exagerado un poco, pero no
estaban muy errados cuando nos decían que nuestra dieta influiría mucho en
nuestro crecimiento, salud, y estado físico.

En efecto, muchos de los problemas que
afrontamos a medida que nuestro cuerpo envejece, pueden ser eliminados, o por lo
menos retrasados, con una dieta apropiada en nuestra juventud y mediana edad.

A medida que una persona envejece,
especialmente a partir de los 60 o 65 años, su apetito comienza a declinar, por
lo que es muy posible que, durante sus años más adultos, no ingiera una
nutrición apropiada, necesaria para combatir infecciones y prevenir
enfermedades. De hecho, muchas de las infecciones y enfermedades que sufren los
adultos, son causadas por una dieta inadecuada.


La alimentación y sus consecuencias

Una persona que ha comido muchos alimentos
saturados en grasa durante toda su vida, tiene riesgos extremadamente altos de
sufrir enfermedades cardíacas, paros cardíacos o ataques al corazón. 

Por su
parte, una persona que ha consumido una gran cantidad de alcohol durante toda su
vida, tiene un alto riesgo de padecer problemas de hígado, páncreas, o riñón,
para no mencionar las mayores posibilidades de contraer cáncer.

Por lo tanto, lo ideal es comenzar a
seguir una buena dieta durante la juventud o mediana edad, comiendo alimentos
sanos como, por ejemplo verduras, frutas y por supuesto carnes (aunque estas
últimas, no en exceso).

Existen estudios que dan cuenta de que los mormones, que
llevaban una dieta compuesta únicamente por carnes y verduras -y por supuesto
no fumaban ni tomaban bebidas con alcohol o azucares-, vivían una vida más larga,
pero además mucho más sana y libre de enfermedades.

Por supuesto, el cuerpo de una persona
mayor no necesita la misma ingesta de alimentos que cuando es más joven, etapa
en la que consume más calorías para poder desarrollarse y crecer. En efecto, durante
la adultez, el metabolismo del cuerpo se hace más lento, y no necesita consumir
tanta
energía para funcionar.

Sin embargo, existen ciertos nutrientes
que son más necesarios para los organismos de mayor edad que para sus pares más
jóvenes. Nos estamos refiriendo a las
vitaminas y minerales, que son
imprescindibles para el buen estado de salud de una persona mayor. 

El calcio,
por ejemplo, previene la osteoporosis, y mantiene los huesos sanos. En tanto, la
vitamina D, es muy necesaria para ayudar al organismo a absorber ese calcio. El cinc, por su parte, es fundamental para combatir las infecciones,
puesto que con la edad el sistema inmunológico del cuerpo también declina. Las
fibras, por su parte, son muy importantes para fortalecer el aparato digestivo, que se
debilita con la edad, y para prevenir la constipación.

Cuanto mayor es una persona, mayores
necesidades tiene de ingerir una dieta rica en nutrientes que la ayuden a
combatir el decaimiento general de su organismo. Una persona adulta debe
intentar consumir, por lo menos, seis porciones de almidón diarios, que se
puede encontrar en todo tipo de porotos, pan de centeno, chauchas secas, papas y
todo tipo de pastas.

Las frutas y verduras también son
imprescindibles para mantener una buena salud. Las frutas frescas, el brócoli,
el repollo, y las uvas, son, especialmente, excelentes fuentes de vitaminas C y
A, fundamentales para reforzar y mantener un buen sistema
inmunológico que nos evite padecer todo tipo de infecciones, algunas de las
cuales pueden ser mortales.

En tanto, las comidas
ricas en proteínas
deben ser consumidas por lo menos dos veces por semana. Se sugiere especialmente
la carne de vaca, el pollo y los huevos. Por su parte, los productos lácteos son
definitivamente necesarios para ayudar a los huesos a conservar su fortaleza y
estabilidad.

Finalmente, recuerde que el ejercicio es
una parte importantísima de un organismo saludable. Si usted sufre de pérdida
del apetito, el ejercicio físico será también muy bueno para estimularlo.

Todos estos puntos son fundamentales para
mantener una buena salud durante la mediana y tercera edad, pero cada caso es
diferente, por lo que no debería dejar de visitar a un médico nutricionista de
ser necesario.

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