La
vida, por breve que sea, nos deja
siempre tiempo para la cortesía.
Huye de las gentes que te dicen
“Yo no tengo tiempo para gastarlo en etiquetas”
Su
trato te rebajaría.
Esas gentes están más cerca de la animalidad
que las otras.
¡Qué digo!
La
animalidad se ofendería. El perro jamás
te
dejará entrar sin hacerte fiestas con la
cola. El gato mimoso y elástico, en cuanto
te
vea, irá a frotarse contra tí. El pájaro
parecerá escuchar con gracioso movimiento
de
cabeza lo que dices, y si percibe en el
metal de tu voz la cariñosa inflexión
que él reconoce, romperá a cantar.
La
cortesía, es el más exquisito perfume
de
la vida y tiene tal nobleza y generosidad
que todos la podemos dar; hasta a aquellos
que nada poseen en el mundo.
El
Señor de las cortesías les concede
el
gracioso privilegio de otorgarla.
¿En que abismo de pobreza, de desnudez, no
puede caber la amable divinidad de una
sonrisa, de una palabra suave, de un apretón
de
manos?
Por Amado Nervo
Enviado por Marlene Valdéz, Panamá- Chiriquí
¡¡
Muchas gracias !!