AGJA, en busca de los orígenes de la comunidad judía argentina

La Asociación de Genealogía Judía en la Argentina (AGJA), es una entidad que intenta recabar datos sobre la historia de los judíos en Argentina. En este artículo, su historia, y varios de los logros que han conseguido


Paul Armony, un judío argentino residente en Buenos Aires, era un comerciante
que, a causa de sus negocios, debía viajar mucho al exterior. En sus salidas,
aprovechaba sus visitas a los diferentes países para buscar, en la guía de
teléfono de cada una de las ciudades, su propio apellido, con el fin de
contactarse con posibles parientes suyos, y poder constatar así si los unía o no
algún tipo de lazo sanguíneo.


 Si bien admite que algunas personas no recibían muy bien sus llamados, ya que
creían ver en ellos algún tipo de interés económico, como apropiarse de una
herencia, esto no lo disuadió de su interés por la búsqueda genealógica, la cual
desarrolla en el presente de una manera mucho más organizada y profesional.


 Para esto, siete años atrás, en 1996, Armony comenzó a concretar otro proyecto
mucho más ambicioso, el de tener un registro de los orígenes de la comunidad
judía en la Argentina. Fue así como nació la asociación de genealogía judía en
la Argentina (AGJA), la cual preside actualmente, y cuyo logro principal es
haber obtenido, a lo largo de todo este tiempo, más de 350 mil registros de
judíos que vivieron en la Argentina.


 Según narró Armony, uno de los motivos que impulsaron su investigación, fue la
inspiración que le proporcionó ver como su hijo Víctor, quien entonces tenía 15
años, se reunió con su abuela paterna para, grabador en mano, recoger los
testimonios de su vida en el país y de toda su historia.


 Con el correr del tiempo, se sumó al proyecto Eva Fried, la esposa de Armony,
para pasar todos los datos obtenidos a la computadora, así como un gran grupo de
conocidos de la familia, quienes se unieron con el objetivo de buscar sus
orígenes, comenzando, en un principio, por la investigación de su propio
apellido.



 
Reconstruyendo historias


 El atentado cometido contra la Asociación Mutual Israelita Argentina, (AMIA), el
18 de julio de 1994, bajo la presidencia de Carlos Menem, dejó como saldo el
irreparable daño de 85 muertes, pero también otros perjuicios más sutiles y
menos graves, pero también lamentables, como la pérdida de muchos de los
registros que allí se encontraban.


Por eso, otro de las grandes aportes de la Asociación de Genealogía Judía,
consiste en recuperar una parte de esos datos perdidos entre la ruinas, para lo
cual sus investigadores recorrieron los 53 cementerios judíos que hay en todo el
país, de los cuales transcribieron todas sus listas de judíos enterrados.
Asimismo, efectuaron una recopilación de datos de la guía Israelita Argentina,
de los registros de barcos de inmigrantes, y de muchas de las fuentes a la que
iban teniendo acceso.


 Según afirman, Internet también fue de suma utilidad para estos proyectos, pero,
con todo, las investigaciones se tornaron más complicadas en el interior del
país, donde la información no está aún centralizada. En otros casos, la misma sí
está disponible para ser consultada, pero para esto se requieren dos bienes que
escasean en la actualidad: tiempo y dinero para la permanencia.


 Según señalan los investigadores, las entradas de las búsquedas pueden partir
desde muy diversos puntos, según la información que se posea. Las mismos pueden
ser el año en que llegó al país la persona buscada, el medio por el cual arribó,
si fue un barco, el nombre del mismo, si vivió en Buenos Aires o en el interior,
en que lugar murió, o con qué otro tipo de datos se cuenta.
 


Un dato a favor con el que cuentan Armony y su grupo, es que la mayoría de los
inmigrantes que arribaron a Argentina, entraron a este país directamente por el
puerto de Buenos Aires, y como durante varios años se registró oficialmente el
ingreso de los barcos que arribaban, hoy en día es posible obtener los libros
con los listados de los barcos que trajeron a casi todos los judíos que entraron
a este país.


 Entre 1821y 1870, los registros de pasajeros se encuentran perdidos, por lo que
los investigadores deben recurrir a otras fuentes, pero posterior a 1821, se
pueden obtener registros que incluyen las fechas de llegadas, y listas de
pasajeros (escritas en diversos idiomas), aunque algunas de ellas están escritas
con una caligrafía confusa, o contienen sólo los nombres de pila. 


En enero de 1882 comenzó a funcionar el Registro General de Inmigrantes, por lo
que a partir de allí la información se encuentra más detallada, y a partir de
1925 también se solicitó a los extranjeros información sobre sus lugares de
nacimiento, lo cual es muy útil para la investigación.


 Aquellos judíos que llegaron al país después de 1926, seguramente se encuentran
registrados en la Dirección Nacional de Migraciones. Mientras que los más
antiguos están archivados en libros, a partir de 1930 se empezó a utilizar el
más práctico sistema de fichas. Actualmente, la Asociación se encuentra
informatizando y digitalizando esos archivos, y su próximo proyecto es el de
publicar un diccionario de apellidos judíos en la Argentina, producto del
trabajo del investigador Benjamín Edelstein, fallecido recientemente a los 98
años.


 Por cierto que, pese al rotundo éxito que están teniendo en sus búsquedas, aún
queda mucho trabajo por hacer, por lo que quines deseen colaborar en la
investigación, aportando por ejemplo las historias de sus ancestros judíos que
vivieron en argentina, pueden dirigirse al sitio oficial de la Asociación de
Genealogía Judía Argentina, en
www.agja.org.ar, o bien al e-mail

[email protected]
. Si no disponen de Internet, también pueden igualmente
saber las novedades de sus investigaciones a través de la revista Toldot.