La balneoterapia y los mayores. Parte 2

Los beneficios de las termas, accesibles para todos.

Trabajos
como de Raoul Blanc (1989) demuestran que un estudio sobre el consumo de
medicamentos por los pensionistas de la región bordelesa que concurren a las
aguas termales, desciende en un 29% en los que tienen más de 65 años y en un
21% en los de menos de esa edad.

Nuestra experiencia según encuesta que
realizamos entre 269 asistentes a
balnearios españoles, pensionistas de la Seguridad Social, el 75 % de ellos presentaron mejorías
importantes reflejadas en un menor consumo de medicamentos.

A
todo
paciente geriátrico que acude o se le prescribe una “cura
hidrotermal”, hay que valorarlo de un modo completo: estado clínico, situación
funcional e implicaciones sociales.

Como toda terapéutica, la hidrotermal, lo
primero que tiene en cuenta es no dañar al paciente o evitar ponerle en
situaciones especiales de riesgo, lo cual en el anciano es más fácil dada su
peculiar vulnerabilidad a “stréss” y cualquier tipo de cambio ambiental.

Es
importante educar al paciente geriátrico y a sus familiares sobre los efectos
terapéuticos de las aguas termales. Informarles correctamente que la
Balneoterapia es una forma más de atención y que no excluye otras medidas
terapéuticas, sino que al contrario, muchas veces las complementa y potencia.

Hay que buscar objetivos lógicos, alcanzables, como puede ser una rehabilitación
más efectiva con menos esfuerzo para
el paciente y en la medida de lo posible, evitar el consumo menor de
medicamentos.

La
atención hidrotermal no tiene solo indicaciones curativas, sino cada vez más
se valoran los resultados preventivos y potenciadores de la rehabilitación.

Tampoco el termalismo es una indicación social, un complemento de actividades
de ocio para llenar el tiempo libre de los jubilados, menospreciando el papel estrictamente médico-sanitario del termalismo.

La cura balnearia debe ser una prescripción médica indicada por un experto
conocedor de la persona que lo necesita.

En
toda cura balnearia para los “curistas” de la tercera edad debe de tratar
hacer realidad aquello de : comer menos ( una vez menos) tomar más agua ( beber
dos veces más ), dormir mejor ( tres veces más) y reír al menos cuatro veces
más ; o sea, conseguir esa risa de satisfacción con uno mismo.

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GUIA
DE ESTETICA, TERMALISMO Y TALASOTERAPIA

Fuente:
www.termasworld.com