La presencia de Saturno muestra la necesidad de restaurar las heridas del pasado para cerrar ciclos y poder sostener nuevas de energías de independencia y autonomía.
Saturno es el maestro que enseña aunque no queramos ver la lección, es el límite y la prueba.
Si bien hace sentir las limitaciones de nuestra familia de origen y la sensación de sentirse separado o aislado, nos hace revisar nuestros propios apoyos.
La gran mayoría de los individuos tienen muchas cicatrices debido a la pérdida de seguridad de la infancia, o sino, dependen completamente de los seres queridos, para seguir teniéndola.
Es momento de revisar íntimamente los puntos de apoyos emocionales para dar el gran salto evolutivo en nuestra historia personal.
Vamos hacia un sentido de libertad y autonomía, si seguimos con dependencias emocionales, no hay posibilidad real de crecimiento.
Saturno nos da oportunidad para despertar la sabiduría interior. Esta se obtiene participando en la vida, más bien que distanciándose de ella.
Son tiempos en que regresan viejos amigos, se realizan conexiones increíbles dentro de la Mente Colectiva.
A niveles sociales y políticos, los grupos humanos reclaman un lugar y un espacio de participación dentro de las organizaciones sociales.
Es el encuentro con el padre que estuvo ausente cuando niños, tanto físicamente como por debilidad o por extrema severidad.
Es el quiebre de quien sólo miró su proyección exterior o sus triunfos ambiciosos y ahora lo interno y la familia reclaman Son las historias de la abuela que cobran valor.
Es la obligación de ser buena madre y aprender las responsabilidades de sostener emocionalmente un hogar.
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