Seamos honestos
y realistas… usted no compra ropa interior para su mujer, sino que la compra
para usted mismo. Usted lo sabe, y ella lo sabrá, así que para evitar roces
necesitará pensar detenidamente como hacer para que ella se sienta igualmente
complacida con el regalo.
Evitando malos
entendidos…
Recuerde que se
supone que esto sigue siendo un presente para ella, por lo que debe estar en una
linda caja, bien envuelto, y en lo posible ser entregado con una dedicatoria
adecuada.
Como con
cualquier regalo, piense en la calidad y no escatime en gastos. En estos casos,
piense específicamente en la seda.
No deje de
inclinarse por lo sencillo. Por más sexy que sea, si las prendas lucen molestas
e incómodas para ser usadas, deberá descartarlas.
Tampoco se
incline por lo los colores chillones y extremadamente brillantes, como lo es en
muchos casos el rojo. En su lugar, piense en colores más suaves, o negros clásicos.
Asegúrese de
saber el talle de su mujer, pero en cualquier caso no deje de consultar a la
vendedora para que le ayude en la elección final.
Si le cuesta
mucho llegar a una decisión, inclínese por algo que, al margen de ser sexy,
sea útil para su mujer, como por ejemplo una bombacha agradable, corta, fina, y
de seda, que ella puede llevar debajo de un jean y le de flexibilidad máxima.
Al dar el
regalo, jamás lo haga frente a familiares y amigos. La lencería es para la
intimidad, y lo mismo debe suceder con los presentes que la implique. ¡Usted no
querrá hacerle pasar vergüenza, y menos en su día especial!
En lo posible,
evite comprar SOLO ropa interior. Ofrezca la misma como parte de un pequeño
conjunto de obsequios, que incluyan también presentes que vayan más allá de
la connotación sexual.