¿Usted padece de problemas de columna?

Si esta pregunta la formuláramos a los adultos de mas de 40 años de edad, nos asombraríamos ante la respuesta afirmativa del 40% de ellos. Es decir, casi la mitad de la población adulta padece problemas de columna.

Debemos
recordar que la columna raquídea o raquis, está integrada en el ser humano por
33 vértebras, dividida en cinco zonas desde el cráneo hasta el cóccix:
cervical, dorsal, lumbar, sacra y coccígea.

Las
zonas mas afectadas son la columna
cervical y la
lumbar, ya que son las mas móviles
y las que soportan los movimientos de la cabeza y el tronco, respectivamente.

Según
algunos antropólogos, la posición de bípedo, adquirida por el Homo Erectus,
puso en desventaja al ser humano, respecto de los cuadrúpedos, ya que nos obligó
a cargar con el peso del tronco sobre el área lumbosacra, no preparada para tal
contingencia.

A
partir de esta circunstancia evolutiva, nuestro raquis sufrió el peso de la
cabeza y el tronco, ocasionando un proceso de desgaste de las estructuras de
sostén que integran este complejo
arquitectónico natural, aunque cabe aclarar que este problema es mucho mas
frecuente en la columna lumbosacra, en sus dos últimas vértebras.

COMO
UN VIEJO EDIFICIO

Ya
que mencionamos la arquitectura ,nos podemos permitir la comparación con un
viejo edificio, cuyos cimientos van sufriendo un debilitamiento paulatino
ocasionado por: desgaste del material, vibraciones del tránsito, soporte del
peso, fisuras del cemento etc.

Lo
mismo ocurre con nuestro pobre raquis.

El
tiempo lleva a una degeneración del disco intervertebral, que a modo de
almohadilla cartilaginosa separa a una vértebra de otra y permite acolchar los
microtraumas sufridos por los movimientos e impactos sobre la columna.

Este,
podríamos decir, es el primer paso en la cadena de calamidades que siguen.

Al
degenerarse, los discos se deshidratan y pierden elasticidad, disminuyendo su
altura (por eso los ancianos pierden estatura), esto lleva a que las carillas
articulares que en número de dos por vértebra y que junto al disco conforman
un trípode de sostén, comiencen a " raspar" entre sí.

Simultáneamente,
los ligamentos que sujetan estas
estructuras unas con otras, también sufren un proceso de pérdida de
elasticidad y se estiren, dejando de cumplir su sagrada misión, la de contener
cada elemento en su lugar.

LA
VEDETTE

Entre
la cara posterior de las vértebras y las caras laterales de cada carilla
articular, queda formado el canal raquídeo, por donde corre la vedette, que es,
nada mas y nada menos que la médula espinal, protegida por un estuche de
duramadre, que a modo de vaina de
sable, con consistencia de plástico la recubre en su totalidad.

Aquí
nos tomamos un respiro para aclarar dos conceptos populares habitualmente erróneos:
el primero es que cuando se habla de transplante de médula, se piensa en la médula
espinal y en realidad se trata de la médula ósea, tejido esponjoso del
interior de los grandes huesos, donde se producen glóbulos rojos y blancos.

El segundo error se comete al
creer que la médula ocupa toda la columna. En realidad, la médula se extiende
hasta la última vértebra dorsal , donde se continúa transformada en un
penacho de raíces separadas entre sí, llamadas, por su aspecto: " cola de
caballo".

Esto último es muy importante saberlo, ya que la patología de
la columna lumbar se ensaña con las últimas vértebras: lumbar 4,5 y la
primera sacra, que son las que soportan el mayor peso, por eso, los problemas de
columna que contaremos a continuación, no podrán provocar paraplejía–traducción:
parálisis de los miembros inferiores, ya que no afectan la médula, que terminó
varias vértebras mas arriba.

Volviendo
al tema central, la médula espinal emite dos delgados nervios por cada vértebra,
llamados raíces, que pasan por un pequeño canal, llamado agujero de conjunción,
entre el disco y las apófisis vertebrales, que en definitiva serán los que
llevarán la función sensitiva y motriz a cada parte del cuerpo.

Equipo
Neuroquirúrgico del Alta Complejidad (ENAC)