Las frecuencias sonoras de nuestra voz y su vibración curativa

Trabajar la voz modifica y mejora a la persona. Por ello, te contamos cómo beneficiarte de la terapia con frecuencias sonoras

Nuestra voz es un instrumento vivo totalmente inmerso en nuestro cuerpo y mente, por lo tanto nuestra salud y vitalidad física y nuestro estado psicológico se verán reflejados en el timbre y vibración de nuestra voz.

Todos sabemos que nuestro registro vocal se torna más grave cuando cometemos excesos, sean de la índole que sean, trasnochar, beber, fumar, etc.

Las personas coherentes y responsables que cuidan su salud mantienen la misma voz durante toda su vida adulta, sin embargo las que no, cuando llegan a una cierta edad, observamos como su registro baja, es decir su voz se hace mucho más grave.

La voz es el primero y el más natural de los instrumentos.   Y además es una onda musical portadora de conciencia. Lo que quiere decir que si sentimos emociones y sentimientos positivos mientras emitimos el sonido, esas buenas energías llegarán a las personas que nos están escuchando. 

De la misma manera si emitimos sonido y en esos momentos estamos sintiendo dolor, rabia, enfado, o cualquier otra emoción negativa, esa energía también llegará al auditorio y será captada, aunque sea de forma sutil, dependiendo de la receptividad de quien nos escucha.

Trabajar la voz modifica y mejora a la persona. La voz siempre ha tenido un papel  clave en los rituales de curación de todas las culturas.

De todos los instrumentos disponibles en este planeta, la voz humana es el más asequible y el  más poderoso,  especialmente cierto cuando la voz se utiliza para sanar.

El verdadero poder sanador de la voz está en los armónicos.

Los armónicos son los diferentes sonidos de tu voz separados en sus diferentes frecuencias. Los armónicos son lo que distingue la voz de una persona de la de otra. Igualmente es lo que diferencia un instrumento musical de otro.

Los armónicos siempre han formado parte del camino iniciático y siempre han permanecido en secreto. Actualmente se pueden aprender a emitirlos de forma más evidente con una serie de prácticas de voz impartidas por terapeutas y por algunos cantantes.

La voz humana es una onda portadora de conciencia, esto significa que dependiendo de donde esté situada la conciencia de un individuo cuando crea este sonido, llevará información a la persona que lo reciba.

Quien canta con amor, transmite amor, quien esté enojado al producir un sonido, aunque sea un sonido agradable,  enviará enojo, independientemente de la belleza de la voz.

Por lo tanto la intención con la que se emite un sonido es muy importante. El primer sentido de la intención se refiere a la conciencia de nuestra mente.

Es importante el estado general de la persona que hace el sonido e implica los aspectos físicos, mentales, emocionales y espirituales de esa persona.

El concepto de intención se relaciona con el principio hermético de que todo es mente, ya que la intención proviene de la mente del creador del sonido.

Frecuencia +  intención = sanación

Con nuestra voz tenemos la posibilidad de expresar el poder sagrado, místico y curativo del sonido, redescubriendo nuestra voz como una herramienta de salud y bienestar.

La voz humana es nuestro instrumento más poderoso para transmutar el dolor y el sufrimiento en un bienestar radiante

 COMO FUNCIONA LA TERAPIA CON FRECUENCIAS SONORAS

Los sonidos y vibraciones tienen la propiedad de modificar las ondas cerebrales, dependiendo de éstas nuestro estado de conciencia varía y estamos más receptivos a la auto-curación.

El sonido nos afecta por el principio de resonancia, por el que una vibración más intensa y armónica contagia a otra más débil o disonante.

Las diferentes longitudes de ondas cerebrales han sido relacionadas con diferentes estados de conciencia. Hay 4 categorías básicas de ondas cerebrales, beta, alfa, zeta y delta.

El sonido puede utilizarse para modificar nuestras ondas cerebrales y alcanzar de ese modo estados de relajación, meditación profunda, curación y auto-transformación. 

El cambio de esta frecuencia produce cambios en la conciencia, induciendo estados de sanación espontánea y estados místicos, haciéndonos más receptivos a la auto-sanación.

Porque enfermedad incurable, quiere decir curable desde el interior, por lo tanto, el paciente, en su proceso de curación, tiene que alcanzar ese estado de conciencia donde pueda hacer realidad su deseo y anhelo más profundo.

Ese estado de conciencia existe, sólo hay que intentar llegar a él. Y la terapia con sonido es un medio fabuloso y rápido para alcanzar esos estados de conciencia alterada.

Aparte de cambiar nuestras ondas cerebrales el sonido puede modificar el ritmo de nuestra respiración, haciéndola más profunda, reducir el número de latidos de nuestro corazón, equilibrar el flujo del líquido céfalo-raquídeo, o movimiento respiratorio primario, liberar endorfinas que son nuestras hormonas naturales que nos dan felicidad, calman el dolor y fortalecen el sistema inmunológico.

COMO BENEFICIARSE DE LA TERAPIA CON FRECUENCIAS SONORAS

De forma activa, asistiendo a talleres donde se nos enseñe a trabajar nuestra voz, con una serie de prácticas de entonación muy fáciles de realizar.

De forma pasiva, sometiéndose a una terapia con un terapeuta de la voz y el sonido. En este caso el paciente, se estira en la camilla, cierra los ojos y se concentra en los sonidos que oye. Sólo tiene que escuchar los sonidos. Es como una sesión de relajación o meditación profunda.

El terapeuta emite una serie de frecuencias sonoras con varios instrumentos acústicos y entonación básicamente con su voz, produciendo una gran cantidad de armónicos.

De entre todos los sonidos, los armónicos de la voz son los que mayor capacidad curativa tienen. Le seguirían los armónicos de los instrumentos acústicos, como cuencos de cuarzo y cuencos tibetanos, tingshas, etc.

Por María Pina
Terapeuta de la voz y el sonido
Naturópata, especializada en Dietética y Nutrición
Músico (soprano)
www.terapia-musical.com

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