Coaching: ¿qué hacer ante una recaída?

Imagine esta situación: usted es testigo presencial del momento en que su cliente, de repente, presenta una ‘recaída’ comportamental, es decir, vuelve a cometer en público esos errores que sucedían antes de su intervención como Coach. Si ya había supuestamente alcanzado los objetivos y la relación estaba por finalizar, usted, como Coach, ¿qué haría?

¿Coaching para el éxito?

De coach a coach, imagine esta situación: su cliente, luego de días y meses de trabajo conjunto con usted, de repente presenta una ‘recaída’ comportamental, es decir, vuelve a cometer esos errores que sucedían antes de su intervención como Coach o, literalmente, comienza a resolver situaciones de una manera que mucho se aleja de aquella reflexión, de aquella pausa que le ampliaba el horizonte de opciones.

En otras palabras, bajo la presión del tiempo u otros factores, la depurada conducta que venía mostrando desapareció. Usted, como Coach, ¿qué hace?

Revisa su trabajo a ver qué faltó para que pudiera solidificar y asimilar los conceptos ?

Permite ese ‘desliz’, infiriendo que es un efecto residual de la ‘vieja manera de hacer las cosas’ que acababa de abandonar?’ Habla con él / ella para ver por qué pasó lo que pasó?

Y en definitiva, más allá de eso, quién es responsable de ese ‘old habits hard die’, él o nosotros?

El coaching se baila de a dos. Dígame: ¿hace cuánto no corrige o depura su técnica? Tiger Woods lo sigue haciendo. El coaching es un desafío continuo.

Veamos si tuvimos algo que ver en esa recaída.

Sabemos que los ‘benchmarks’ o mejores prácticas sirven para saber cómo otros hicieron algo efectivo pero, aún así, nada nos garantiza que esas enseñanzas y métodos tengan el mismo efecto en nuestro cliente, con lo cual, si hubiéramos extrapolado un método, test o herramienta en nuestro cliente, sin adaptarlo a su contexto y problemática en particular, el efecto podría haber sido inocuo.

Por otro lado, nuestra propia experiencia, tacto y empatía son a veces insuficientes para ayudar a producir ese cambio que el Cliente necesita para alcanzar sus objetivos y, aunque forcemos nuestro expertise al máximo, quizás no hayamos sido capaces de entender a fondo la política corporativa presente, el negocio o la cultura organizacional (el cómo se hacen las cosas, como se motiva a la gente o como se toman decisiones, quiénes son los caudillos y dónde está el verdadero poder).

Este último dato no es menor, ya que a veces como Coaches nos abstraemos del contexto del cliente pensando que sólo nuestro caudal de conocimientos psicológicos, actitudinales y escucha activa nos darán todo lo que necesitamos para llevarlo a buen puerto. Mmm, empiezo a sentir que quizás en algo nos quedamos cortos…

Pero como lo hecho, hecho está, veamos cómo encarar nuestra situación. Usted como yo sabe que son los pensamientos los que generan la actitud y esta es la que deriva en el comportamiento.

Veamos entonces cómo piensa usted luego de esa situación. Le daré opciones:

a) Usted no sirve como Coach

b) El Coaching no sirve como herramienta de transformación

c) El hombre / mujer es ‘irremediable’

d) Todas las anteriores

e) Ninguna de las anteriores.

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