Ya
decía Hahnemann en sus escritos que
“cuando el dolor de dientes
no surge de una herida externa que lo preceda, siempre representa el síntoma
principal de una enfermedad que se encuentra distribuida con diferente índole
por todo el sistema”.
Vemos en el consultorio, como después de pérdidas
afectivas, la muerte de un ser querido, situaciones displacenteras, miedo,
enojo, problemas económicos etc. se manifiestan caries repentinas o se
desencadena la enfermedad periodontal.
Asimismo, los cambios en el sistema hormonal durante la pubertad, embarazo,
menstruación, menopausia, exacerban las molestias dentales afectando sobretodo
las encías, por la estrecha relación del sistema endócrino-simpático en las
afecciones gingivales.
La buena salud de una persona se ve en la fortaleza de su
dentadura.
La boca actúa como fusible, produciendo patología allí, para salvaguardar
órganos más vitales.
Es preciso comprender la estrecha relación que existe entre Mente-Organos-Dientes.
Cada diente está íntimamente ligado a todas las células de nuestro organismo.
Los medicamentos homeopáticos actúan en la totalidad y muchas dolencias se
originan en causas profundas y se manifiestan de acuerdo con la predisposición
individual en otras zonas más superficiales como la piel y las mucosas.
Las patogenesias obtenidas por medio de la experimentación, nos permite
establecer el tropismo o la preferencia de algunas sustancias sobre las
estructuras orales y su correlación funcional y neurovegetativa con los
diferentes órganos y sistemas.
Todo tratamiento médico exitoso debe prestar el debido
cuidado a la salud dental.
Existen casos con dolencias crónicas en los que el
paciente arrastra sus síntomas, sólo se produce una mejoría pasajera; una de
las causas podría ser un deterioro en la dentadura ya que, alteraciones en este
terreno actúan como campo de interferencia afectando otras áreas.
Este mecanismo de retroalimentación o bio feedback entre el aparato
estomatognático y el resto de los órganos y sistemas es digno de considerar ya
que nos permite evaluar y prevenir más acertadamente un caso.
Cuando un paciente tiene un deficiente estado de salud dental, esto repercute en
otros órganos con los cuales se relaciona energéticamente por ejemplo, el sector
anterior se corresponde con el aparato génito-urinario y así cada uno de los
dientes presenta su relación con cada parte del cuerpo.
El
sistema de defensa trata de mantener los focos en estado crónico o latente con
una exigencia extra, lo que perjudica el buen desempeño de las funciones en
otros sitios.
Las radiografías panorámicas, test de vitalidad, test de procaína, etc. permiten
detectar lo que llamamos focos o espinas irritativas para poder tratarlas.
El
concepto de foco se extiende no solamente a procesos infecciosos sino también a
muelas de juicio retenidas, restos radiculares, dientes desvitalizados con o sin
tratamiento de conducto, osteítis, y alteraciones que pueden producirse por
amalgamas envejecidas con la consecuente liberación de iones de mercurio y
diferentes tipos de metales usados en prótesis removibles, coronas, que generan
una corriente galvánica que sin lugar a dudas es perjudicial para la salud.
La boca es un
micro-sistema que se refleja en el Todo.
Ninguna parte está aislada de esa totalidad, a veces permanece oculta a nuestros
ojos por la propia incapacidad de reconocerla.
Es
necesario que el odontólogo conozca la relación energética dientes-órganos y que
de a poco se familiarice con estos conceptos para comprobarlos en su práctica
clínica y por sobre todo comprender que lo más importante para un diagnóstico
es darle importancia a la individualidad.
Lo que puede funcionar muy bien en un paciente puede ser absolutamente
contraproducente en otro.