Tiene el
pelo largo, teñido de rosa chicle, siempre está inventando canciones y
bailando, le da lo mismo que sea una canción de los “Rolling”, de
“El Fari” o lo último de los “cuarenta”.
Le encantan los ordenadores, que maneja a la perfección. Su buzón de Internet
está permanentemente plagado de mensajes de personas de todos los países y de
todas las edades, amigos que ha ido encontrando en sus múltiples incursiones
por el mundo cibernético.
Ella siempre dice que el progreso nos llevará a los jóvenes por el camino de la
paz. En este mundo, que nos pintan gris, que nos filman destruido, ella dice
que nosotros, los del 2003, tenemos en nuestras manos el planeta y no debemos
permitir que los adultos nos lo dejen hecho una porquería.
Mi abuela piensa también que los animales son más racionales que los hombres y
por ello quiere que miremos al mundo animal y lo imitemos en sus
comportamientos, que nos metamos en el mar y nademos como los delfines, que
seamos tan leales como los perros, tan independientes como los gatos, que
cantemos como los pájaros, que defendamos a nuestros hijos como los leones, que
descansemos como los osos cuando estemos cansados y corramos como los conejos
cuando tengamos ganas de sentirnos libres, que trabajemos como las hormigas en
grupo, que saltemos como los canguros para intentar tomar las estrellas, que
nos subamos a los árboles y nos colguemos boca abajo como el oso perezoso para
así, ver las cosas desde otra perspectiva.
Que nos adaptemos a nuestro vivir y, como además somos inteligentes, que
intentemos cambiarlo para poder vivir mejor.
Para ello nos propone reír siempre que estemos contentos para hacer felices a
los que nos rodean y llorar a moco tendido cuando tengamos un mal momento, sin
ningún complejo, porque las lagrimas te limpian el alma y un alma limpia es el
mejor remedio contra la tristeza y el mejor aliado de la paz.
Mi abuela está chiflada se viste con zapatos con plataforma , sus colores preferidos
los saca del arco iris y se los pone para alegrar la ciudad, siempre tan sucia
y siempre tan oscura.
No usa bolsos, prefiere las mochilas que le permiten moverse con libertad
mientras pasea por las calles bailando como la niña que aún sigue siendo, mientras
tararea alguna cancioncilla de su propia cosecha.
Mi querida abuela me anima para que estudie y para que aprenda todo lo que
puedan enseñarme, dice que la sabiduría no se puede imponer, que tiene que
adquirirse con el paso de los años, que son los ancianos los que están más
cerca de la muerte de los que tenemos que aprender a vivir, porque ellos han
conseguido llegar a la vejez y hoy en día llegar a viejo ha dejado de ser el
propósito de los mas jóvenes que creemos que es mejor morir antes de tener
arrugas, sin darnos cuenta que eso es un síntoma de cobardía y no de
rebeldía……….
Ojalá algún día pudiera ser como mi abuela.
Enviado por Nelson.
¡Muchas gracias!