Los
océanos representan algo más que una gigantesca masa acuosa cubriendo las 2/3
partes del planeta; son también una promesa de curación para una muy larga
lista de enfermedades para las cuáles se precisan urgentemente nuevas
alternativas terapéuticas.
Si
la ciencia Bioquímica hallara nuevos y más eficaces compuestos, se lograría
dar un vuelco de 180 grados en el manejo de patologías tan atemorizantes como
el cáncer, el SIDA, las enfermedades auto-inmunes y los trastornos
degenerativos propios del Mal de Alzheimer, entre otras.
La
Evolución, dotó a la vida marina con una infinidad de moléculas poseedoras de
unas estructuras únicas, con la finalidad de adaptar a las miles de especies de
ese hábitat a un medio tan particular como hostil.
Cada
especie ha tenido que elaborar compuestos químicos que les son propios y a la
vez diferentes a los de otras clases y familias, ya sea para defenderse, para
ocultarse, para alimentarse, para reproducirse o para sobrevivir a las
condiciones extremas de las grandes profundidades, el frío muy intenso o las
aguas sulfurosas y en ebullición de los volcanes submarinos.
Son
justamente esos elementos los que prometen una nueva era en la Terapéutica
humana, pero desgraciadamente la industria farmacéutica avanza a paso muy lento
en esta línea de investigación, no por falta de interés, sino debido al
acceso dificultoso a muchas de las áreas en donde habitan las especies más
interesantes.
Otro
problema que se presenta con algunos productos, es la escasísima cantidad de
material que se logra extraer de cada espécimen, por ejemplo: para lograr 1
gramo de ecteinascidin ( prometedor agente anti-tumoral), es necesario destruir 1 tonelada de Tunicados, pero se
podrían tratar cientos de enfermos
(datos extraídos de Valoti y colab. 1998) ; por ende, si se desea seguir una línea
intensiva de investigación y desarrollo en especies raras o en vías de extinción,
se corre el riesgo de acelerar la desaparición de las mismas y/o de tener que
dejar inconcluso el trabajo por falta de materia prima.
Esto ya sucedió con el eleutherobin,
que es un compuesto aislado
de un coral australiano del género Eleutherobia.
Para
tener una idea de los costos de extracción en
mares
remotos, baste saber que el
alquiler de un barco de exploración y de un mini submarino de inmersión
profunda ronda los U$D 15,000.- por día ( datos suministrados por Pomponi en
1999).
Como
era lógico pensarlo, se está intentando la síntesis química para producir
compuestos artificiales con idéntica estructura a la de los productos naturales, pero se requieren a veces más de 100 pasos químicos,
en comparación con un promedio de tan solo 15 pasos necesarios para sintetizar
otros tipos de compuestos medicinales.
Los
investigadores están actualmente centrando su atención en la simbiosis
bio-tecnológica y en la transferencia genética (
transfiriendo genes de las especies marinas hacia microorganismos fáciles de
cultivar, para que éstos últimos fabriquen los compuestos deseados). Datos
obtenidos de Harrigan y colab.1998; y de Bewley & Faulkner 1998.
El Scripps Institute of Oceanography Center for Marine Biotechnology and
Biomedicine (www.sio.ucsd.edu/research/cmbb)
obtuvo la
licencia de un agente anti-canceroso microbiano sumamente eficaz en cáncer de próstata y potente anti viral para
casos de Herpes simplex.
El
National Cancer Institutes de USA, promueve actualmente una serie de trabajos de
búsqueda, desarrollo y ensayos clínicos en base a una lista creciente de
compuestos extraídos de otras tantas especies animales y vegetales del
ecosistema marino.
Ejemplos de
compuestos actualmente en fase de investigación y desarrollo:
(
según el NCI’s Natural Products Branch)
Ecteinascidin-743 (ET-743): compuesto aislado de un Tunicado
del Caribe, que posee actividad contra tumores de ovarios.
Discodermolide: metabolito obtenido de la Discodermia,
(esponja de mares profundos), es un potente estabilizador de los microtúbulos,
y por ello posee gran actividad anti-proliferativa, inmuno-supresora
y cito-tóxica.
Debromohymenialdisine (DBH): extraído de la Stylotella
aurantium, (esponja de mares poco profundos), muy útil
para enfermos con ósteo-artritis.
Bryostatin
1: aislado del briozoo Bugula neritina,
ensayado con éxito en pacientes con melanoma, linfoma no-Hodgkin y cáncer
de riñón.
Dolostatin
10: es un péptido lineal derivativo aislado de la Dolabella
Auricularia del Océano Índico, con
una prometedora eficacia en cáncer de mamas y de hígado, leucemias y
tumores sólidos resistentes a otras terapias.
Halichondrin
B: aislado
de una esponja del mar de Japón, la Halichondria okadai,
aparentemente muy efectivo en melanomas malignos y leucemias.
AE
941: derivado del Cartílago de Tiburón,
tiene aplicaciones anti tumorales.
Manoalide: fue aislada de una esponja marina , la Luffariella
variabilis, tiene acción anti inflamatoria y es una promisoria
alternativa para el tratamiento de la psoriasis.
Dehidrodidemnin
B: extraído de un tunicado del Mediterráneo, el Aplidium albicans,
está siendo
ensayado por su aparente acción anti tumoral.
Squalene: es
un terpene que abunda en el aceite del hígado de varias especies
de tiburones de aguas profundas, y también en pequeña proporción en el aceite
de olivas.
El Squalene posee una prometedora acción anti
cancerosa, aumenta la capacidad defensiva del sistema inmunitario, disminuye
los niveles de colesterol en sangre y ejerce una poderosa actividad anti
oxidante al usarse localmente sobre la piel.
Patellamidas
B ( ulithiacyclamida y
lissoclinamida-3) y F (este último es un octapéptido
cíclico obtenido
del tunicado Lissoclinum patella, posee acción citotóxica
(destruye ciertas células cancerosas).
Quassinoides: ( sergiolide y isobrucein )
obtenido del fraccionamiento de un extracto acuoso de Cedronia granatensis,
tienen in vitro acción antitumoral contra la mayoría de los melanomas,
contra varios tipos de cánceres de colon, pulmón y tumores sólidos.
Staurosporina y Lamellarinas C
y U: extraída de un molusco prosobranquio, la Coriocella
nigra, posee una intensa acción citotóxica contra varias líneas de células
cancerosas.
Otros
componentes activos obtenidos de animales marinos, comprenden: Suberosenona ( de la Gorgonia
Subergorgia suberosa), Alertenona
( de la Gorgonia Alertigorgia
sp.), ambas con acción anti-tumoral; Lobohedleolides ( diterpenes cembranoides
extraídos del coral blando Lobophytum sp.), los cembranoides son
compuestos comunes a varias especies de corales marinos, y todos han demostrado in
vitro poseer una prometedora acción inhibidora de la actividad del
virus HIV.
Referencias:
Tim Batchelder. Natural
Products from the Sea. Ethnopharmacology, Nutrition and Conservation ( Feb.
2001).
Longley
R.E.
et al.: Discodermolide, a new marine-derived immunosuppressive compound.
Transplantation, 52:650-6, 1991.
Kelly,G.S. Squalene
and its potential clinical uses. Altern Med Rev (1999), 4
(1); 29-36.
Valoti
G et al. Ecteinascidin-743,
a new marine natural product with potent antitumor activity on human ovarian
carcinoma. Clinical Cancer Research, 4: 1977-83, August 1998.