Ponerse de novio según pasan los años

¿Cómo es el noviazgo en las distintas etapas de la vida?

El enamoramiento puede sucederle a
cualquier persona y a cualquier edad. Pero no es lo mismo ponerse de novio a
los 20 que a los 50. Por eso esta anota apunta a descifrar lo que significa el
noviazgo según pasan los años. 

El noviazgo fue cambiando a través
de las décadas y de las diferentes culturas. Hace 50 años se requería de la
aprobación familiar para estar en pareja con alguien, cosa que hoy en día es
casi improbable que ocurra.

También fueron cambiando las
formas. Hoy en día uno se puede poner de novio sin el objetivo de casarse,
convivir o de que dure para toda la vida.

También las formas de conocer a
una persona hoy en día son múltiples, hasta se puede tener una relación virtual
a través de Internet.

Los noviazgos van cambiando según
las etapas de la vida. Por ejemplo en la tercera edad se da una búsqueda
constante. Sobre todo de las mujeres, porque tienden a vivir más años. Pero en
esta etapa las relaciones tienen muchas de las características de las amistad,
existe el deseo de compartir, de ser escuchado. Pero muchos también hablan del
deseo sexual, que todavía se mantiene vigente.

Una prueba de cómo cambió el
noviazgo a través de las décadas es la disminución del porcentaje de
casamientos.

Muchos primero prueban la
convivencia como un paso previo al casamiento. Luego de un tiempo de adaptación
entre ambos, recién ahí deciden a legalizar el vínculo, aunque muchos prefieren
mantenerse así por el resto de sus vidas.

Muchas familias no aceptan las
nuevas formas de relaciones que mantienen sus hijos. Pero en definitiva ellos
son los que deciden. Algunos hasta mantienen relaciones de años pero sin
convivencia. Cada uno en su respectiva casa.

20
a 30

Entre los 20 y 30 años de edad,
las parejas tienden a darle mucha importancia a lo sexual. Si eso no funciona,
es un motivo frecuente de ruptura. También la situación económica influye, y si
uno de los dos no mantiene un empleo fijo esa inestabilidad se ve reflejada en
la pareja también.

Lo que se fue perdiendo también
fue la tradición de casarse por iglesia y con el vestido blanco.

Muchas también se casan de apuro
por haber quedado embarazadas sin buscarlo.

El concubinato es una tendencia
que va ganando adeptos. De esta manera ninguna de las partes tiene compromisos
firmados, ni bienes materiales compartidos, y en caso de separación ninguno
puede reclamarle nada al otro. Si una pareja decide no casarse asume menos
compromisos. Aunque existen muchos países que tienen leyes para esto, en otros
no hay ninguna. A veces es muy difícil para alguien que se separa después de
muchos años de concubinato, poder explicarse que en realidad no tiene ningún
amparo legal.

Adolescencia

En la adolescencia se habla más de
“transas” o aventuras antes que de noviazgos. Aunque algunos chicos prefieren
algo que permanezca y dure en el tiempo. Estos noviazgos representan la
iniciación sexual de ambos, y en muchos ambientes el ser todavía virgen a los
15 años está mal visto por los demás amigos. Para los padres es algo nuevo por
ejemplo que el novio se quede a dormir en la casa, pero tienen que empezar a
aceptarlo.

Más
de 40

Otra cosa es ponerse de novio
luego de un divorcio y con hijos a cargo. Muchas personas de más de 40 años
pasan por esto. El primer temor que se tiene es cómo lo tomarán los hijos. Y lo
más importante no es tanto lo sexual sino que la otra persona demuestre una
cierta estabilidad emocional y que acompañe al otro en todo, que lo apoye y que
tengan proyectos en común.

A esa edad uno empieza a manejar
mejor problemas que antes lo tenían perturbado, como los celos por ejemplo.

También se expandió la aparición
de agencias matrimoniales para esta franja de edad. Para los que recurren a
ellas, lo primordial es encontrar a alguien que quiera entablar una relación
estable y seria. La mayoría de quienes recurren a estos lugares son hombres que
no pudieron encontrar a la mujer ideal, solteros y divorciados por igual. En
cambio las mujeres que recurren a este servicio son mayoritariamente
divorciadas.

También lo que se da mucho son las
llamadas familias ensambladas, donde los dos integrantes de la pareja tienen
hijos. Muchas veces esas convivencias se pueden complicar, aunque supuestamente
uno esté más maduro para afrontarlo.

Los
divorciados

Los divorciados encaran el
noviazgo de una manera diferente que los solteros, por sus experiencias
previas. Los solteros en cambio buscan el compromiso que nunca tuvieron. En
ambos casos con el miedo lógico de no saber bien quién es la persona que tienen
enfrente.

A diferencia de la adolescencia o
la juventud, en esta etapa los proyectos son de uno solo y a lo sumo se llegan
a compartir.

Muchas veces el protagonismo de la
mujer en el ámbito social y laboral cambió la forma de noviar. Quizás porque
ellas tienen sus propios proyectos y anhelos. Cosa que a algunos hombres les
llega a molestar. 

Más
de 50

Muchos que pasan los 50 años y
enviudan o se divorcian tienden a decir que prefieren seguir solos. Aunque en
realidad lo que les suele ocurrir es que recaen en la inestabilidad, saltando
de pareja en pareja.

Muchos se sienten tan solos que
ven necesario encontrar alguien con quien compartir el resto de sus días, sobre
todo si tienen hijos grandes que ya tienen formadas sus propias familias.

Pero, en realidad, cualquier edad
es buena para enamorarse.

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