Ejercicio
Lo primero en lo que piensan todos cuando deciden que tienen que perder peso es en hacer una dieta. O mejor dicho, en especializar su dieta con tal efecto. Esto es lo más simple y en lo que todos pensamos, y es una manera efectiva, pero no es lo único que hay que hacer, si más allá de perder peso lo que queremos es estar en forma completamente.
Para lograr esto último, lo más importante, aun más allá de controlar lo que comemos y que lo hagamos correctamente, es agregar a nuestras actividades habituales una rutina de ejercicios que nos permita trabajar los músculos, quemar calorías y tonificar el cuerpo.
Es importante, cuando hablamos de ejercitar, entender que no nos referimos simplemente a trabajar esos músculos visibles (piernas, brazos, abdominales) sino también aquellos que están dentro del cuerpo y en los que tal vez no pensamos habitualmente, principalmente el corazón.
Y los músculos no se ejercitan comiendo alimentos bajos en calorías y mirando televisión, sino que se ejercitan trabajando duro con programas de gimnasia aeróbica, resistencia y tonificación.
Esto es aun más importante si tenemos en cuenta lo que decíamos en la nota “Peso vs. Músculos”, donde hacíamos notar la diferencia entre perder peso simplemente y la posibilidad de tener un peso un poco mayor pero con una masa muscular más importante.
La diferencia entre una cosa y otra es realizar la ejercitación o no realizarla. Tan simple como eso. Si simplemente perdemos el peso que deseamos perder y nada más, con una simple dieta, terminaremos flojos y sin tonicidad muscular. En cambio, si lo hacemos acompañándolo con el programa adecuado en el gimnasio, terminaremos con un poco más de peso pero mucho más en forma.
En general, el entrenamiento con pesas es ideal para tonificar y el aeróbico para quemar grasas y calorías y dar fuerza; pero si no encontramos ejercicios de nuestro agrado, deberíamos buscar alguno que ejercite todos los grupos de músculos y que nos guste. La natación, las caminatas, andar en bicicleta, son todas muy buenas opciones.
Alimentación Correcta
En el mundo de las dietas las teorías son muchas y encontradas. Diferentes médicos y nutricionistas siguen diferentes ideas y filosofías, y cada dieta tiene su propio paradigma detrás, más allá de que se encuentren en ciertos puntos.
Por ejemplo, la gran discusión últimamente se centra en cuáles son los niveles correctos de carbohidratos, grasas y proteínas; si es mejor un consumo alto de carbohidratos que uno bajo o si los carbohidratos son nuestro peor enemigo; si conviene no comer grasas totalmente o consumirlas en una cantidad moderada; cuán importante son las proteínas, etc.
Pero más allá de estas discusiones hay algo que no se puede discutir y en lo que coinciden absolutamente todos los médicos y especialistas en el área de la pérdida de peso: una alimentación adecuada, equilibrada, adaptada a nuestras necesidades y a las características de nuestro organismo es absolutamente vital, no hay nada más importante que esto.
El hecho simple y directo es que si queremos un cuerpo en perfecto estado, necesitamos nutrirlo de la forma en que se debe.
Todo lo que hemos nombrado es importante para una correcta alimentación. Las grasas, los carbohidratos y las proteínas deben estar presentes, pero no debemos nunca olvidarnos que los minerales y las vitaminas son también elementos claves que nuestro cuerpo necesita.
Sin importar el tipo de dieta que estamos siguiendo y a que tipo de alimentos se le da más preponderancia, debemos asegurarnos que tenemos suficientes vitaminas y minerales en ella, que nuestro organismo está recibiendo los suficientes nutrientes para que su funcionamiento sea óptimo. Esto indica que necesitamos agregar una gran variedad de frutas y verduras frescos en nuestra dieta.
Tengamos esto en mente cuando realicemos nuestras compras la próxima vez. Pasemos por la zona del supermercado donde se venden los vegetales, demos una vuelta, miremos qué hay, compremos algunos productos que normalmente no compraríamos, experimentemos. Lo más probable es que encontremos más vegetales y frutas que nos gusten y podamos de esta forma expandir el horizonte de alimentos que podemos consumir.
La limitación a la hora de la dieta se vuelve una tortura, por el aburrimiento. Cuanto más elementos podamos consumir, menos posibilidades tenemos de aburrirnos. ¡Hay que experimentar!
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