4 cosas que nunca se deben mezclar con alcohol

Para evitar peligros potenciales, pasar vergüenza y otros efectos secundarios indeseables relacionados con la bebida, ten en cuenta estas 4 cosas que nunca se deben mezclar con alcohol:

10 COSAS QUE NUNCA SE DEBEN MEZC


Todos los años, al parecer, aparece un nuevo estudio que aviva aún más el debate
sobre los riesgos y beneficios del consumo de alcohol.


Tomar un vaso de vino por
día, ¿es bueno para el corazón, o aumenta el riesgo de padecer cáncer? La
cerveza, ¿reduce la presión arterial, o la aumenta?

¿Es más sano beber con
moderación o no tomar nada en absoluto? ¿Y dónde está la línea entre "moderado"
y "excesivo"?


Por supuesto, si usted tiene una historia personal o familiar de abuso del
alcohol o alcoholismo, la abstinencia total probablemente sea la opción más
segura.


Pero, incluso para los bebedores
moderados y responsables, hay algunas situaciones en las que incluso una pequeña
cantidad de alcohol podría ser una amenaza para su salud, su reputación o la
seguridad de los que lo rodean.


MEDICAMENTOS


Si alguna vez ha tomado analgésicos, antidepresivos o algunos antibióticos
recetados, lo más probable es que usted haya visto que la típica etiqueta de
advertencia: "No tome bebidas alcohólicas mientras esté tomando este
medicamento".

Muchos medicamentos de venta libre, incluyendo antihistamínicos,
descongestivos y jarabes para la tos, también pueden interactuar
desfavorablemente con el alcohol, aunque las advertencias en este tipo de
medicamentos suelen aparecer entre la letra chica, donde pueden ser fácilmente
pasados por alto.


Algunos analgésicos recetados como la oxicodona y la hidrocodona pueden
causar mareos, somnolencia, falta de control motriz y riesgo de sobredosis
cuando se mezclan con alcohol, al igual que las pastillas para dormir, tanto las
que requieren receta como las de venta libre.

El uso regular de paracetamol combinado con alcohol puede generar daño hepático, e incluso la
clásica aspirina puede provocar malestar estomacal, hemorragias y úlceras.

Algunos antibióticos, como el metronidazol y la azitromicina pueden causar
náuseas, vómitos, taquicardia y daño al hígado si se los combina con alcohol; y
ciertos antidepresivos pueden, si uno bebe alcohol, aumentar los sentimientos
depresivos, y generar una elevada presión arterial, somnolencia y otros
síntomas.


La lista de potenciales interacciones es larga, e incluye muchos más
medicamentos de los que podemos incluir aquí.

En caso de duda, consulte siempre
con su médico o farmacéutico, o simplemente vaya a lo seguro y evite las bebidas
alcohólicas hasta estar seguro de que el medicamento está fuera de su sistema.


MANDAR MENSAJES DE TEXTO Y PUBLICAR EN LAS REDES SOCIALES


La mala relación entre la borrachera y el teléfono no es algo nuevo, pero los
teléfonos celulares, los mensajes de texto y las aplicaciones de redes sociales
han hecho que sea más fácil que nunca avergonzarse a uno mismo en más de un
sentido.


Hace un tiempo, para hablar por teléfono no sólo se necesitaba tener acceso a
una línea fija, sino también la capacidad de recordar el número de la persona
que uno quería llamar.

Con un poco de suerte, al regresar a su casa ya se habría
olvidado de su propósito.

Pero hoy en día, gracias a los teléfonos inteligentes
que prácticamente están pegados a nuestras manos, las probabilidades de realizar
una llamada, enviar una serie de mensajes de texto ilegibles o publicar una
ráfaga de archivos imprudentes en Facebook, Instagram o Vine a las 2 AM, puede
estar tan sólo a un par de cervezas y un par de clics de distancia.


Si no puede confiar en usted mismo, y no está seguro de que no va a llamar a su
ex después o a publicar selfies provocadoras de una noche de alcohol, está de
suerte: hay docenas de

aplicaciones anti-embriaguez

que le permitirán
bloquear temporalmente ciertos números, direcciones de correo electrónico y
algunas funciones de su teléfono, en algún momento en que esté sobrio y todavía
pueda tomar buenas decisiones.

Google también viene al rescate, con algunas
funciones adicionales que se pueden instalar en Gmail. Por ejemplo, "deshacer
enviar" le da 5 o 10 segundos para recuperar un correo electrónico antes de
enviarlo definitivamente.


CHAMPIÑONES


Los champiñones son apreciados por su delicioso sabor y su textura carnosa.
Pero, como muchas otras variedades de hongos, pueden causar reacciones alérgicas
o malestar estomacal en algunas personas, especialmente si están crudos o poco
cocidos.


Incluso aquellas personas que normalmente pueden comer champiñones sin ningún
problema pueden sufrir náuseas o vómitos al mezclarlos con alcohol.

Más extraño
aún, el hecho de que usted haya mezclado champiñones y alcohol sin
inconvenientes en el pasado no implica necesariamente que usted no vaya a tener
una reacción adversa en el futuro.


Sin embargo, a pesar de todas estas advertencias, la combinación de vino y
champiñones es alabada por muchos amantes de la cocina. La
s
revista
s
especializadas describen

a los champiñones como "muy
versátiles", afirmando que pueden combinarse con vino blanco o tinto, y una
rápida búsqueda en Internet de " champiñones en salsa de vino" produce docenas
de recetas de publicaciones de renombre.

En pocas palabras: si usted va a probar
los champiñones por primera vez, o los va a volver a comer después de mucho
tiempo, comience con porciones pequeñas y tome únicamente bebidas no
alcohólicas.


BEBIDAS ENERGÉTICAS


Mezclar alcohol con bebidas energéticas puede sonar bastante inofensivo; después
de todo, el alcohol es depresivo, por lo que combinarlo con un estimulante
empareja las cosas, ¿verdad? Por desgracia, no es tan simple.


En circunstancias normales, la mayoría de nosotros comenzamos a sentirnos
cansados o soñolientos después de beber alcohol.

Comenzamos a sentir que ya
hemos bebido suficiente (¡o demasiado!) y, por lo general no seguimos bebiendo.

Pero cuando se agregan las bebidas energéticas a la ecuación, los efectos
estimulantes de la cafeína, los ingredientes de origen vegetal y las azúcares de
estas bebidas pueden enmascarar el efecto del alcohol, haciendo que nos sintamos
más sobrios y alerta de lo que realmente estamos.

Las bebidas energéticas evitan que los bebedores sientan los efectos del
alcohol, pero no reducen las concentraciones de alcohol ni mejoran la capacidad
del cuerpo para metabolizarlo.


Un estudio de la Universidad Nacional de Australia demostró que los hombres y
mujeres de entre 18 y 30 años que mezclaban alcohol con bebidas energéticas
tenían un mayor deseo de seguir bebiendo que aquellos participantes del estudio
que sólo bebían alcohol.


Yendo un paso más allá, un estudio de la universidad de Gainesville, Florida,
EE.UU., demostró que los clientes de bares que bebían alcohol mezclado con
bebidas energéticas eran tres veces más propensos que quienes sólo consumían
bebidas alcohólicas a dejar el bar con un nivel de alcohol en sangre de 0.08 o
más, y tenían una probabilidad cuatro veces mayor de tener la intención de
manejar al salir del bar.