Arsénico
Existe una noticia común en los titulares de periódicos de distintas partes del mundo: “Se han registrado grandes cantidades de arsénico en el agua de tal o cual barrio, provincia o estado”.
De hecho, millones de hogares utilizan sistemas de agua de pozo que contienen cantidades excesivas de arsénico, sobre todo en partes donde este químico se encuentra naturalmente en las rocas.
Desgraciadamente, según concluye un reciente estudio, incluso las cantidades más insignificantes aceleran la proliferación de tumores cancerígenos.
A lo largo de nuestra vida, el arsénico incrementa el riesgo de padecer diabetes, cáncer, y de padecer enfermedades cardíacas.
Si consumes agua de pozo con frecuencia, procura hacer chequear los niveles de arsénico de la misma por la agencia estatal de medioambiente que corresponda.
¿En un sistema municipal? Solicita un reporte de agua anual. Si tu agua contiene más de 10 partes por billón de este químico, compra un filtro para los grifos de tu cocina (busca una marca certificada que remueva el arsénico), o usa agua embotellada para beber y cocinar.
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