Los alimentos se pueden clasificar
según: naturaleza, sabor, acción, afinidad a los órganos o color.
Por ejemplo, al dividirlos según su
naturaleza las opciones son: fríos, frescos, neutros, templados o calientes.
Por lo general las frutas y
verduras, se encuentran entre los alimentos frescos y fríos. Dentro del
grupo de los neutros o templados, encontramos a los cereales, legumbres,
semillas y frutos secos, mientras los productos de origen animal y la
especias se encuentran en el grupo de los caliente.
Al pensar en la temperatura de los
alimentos, debemos hacerlo teniendo en cuenta su efecto a largo plazo.
Es muy importante adaptar tu dieta al clima exterior o a la temperatura
(real) interior.