El uso de antibióticos a veces puede alterar el balance bacteriano en nuestro cuerpo, al destruir las bacterias saludables y permitir que las que no lo son tanto se multipliquen.
Ese es el motivo por el cual en algunas oportunidades hay personas que reaccionan con diarrea luego de comenzar a tomar antibióticos.
Aquí es cuando entran en escena los acidófilos (también llamados probióticos). Son organismos que ayudan a la salud, pero engañosos ya que se los conoce con muchos nombres.
A tomar nota: Bacilos Bífidos, Bifidobacterium bifidum, Bifidobacterium longum, Flora Intestinal, Lactobacillus acidophilus, Lactobacillus casei, Saccharomyces boulardii. Algunos nombres asustan por lo difíciles, es cierto, pero todos son sinónimos de buena salud.
Cuando están situados en el intestino, los acidófilos sirven para prevenir justamente las infecciones de ese órgano, desalojando por la fuerza a las bacterias más dañinas.
Y las mujeres corren con ventaja, ya que los acidófilos también residen en la vagina, donde previenen las infecciones del tracto urinario y las infecciones por levaduras.
¿De dónde vienen?
El yogur y el kéfir (leche fermentada) son buenas fuentes de probióticos, porque están fermentados con las bacterias adecuadas. Los probióticos también se pueden ingerir como suplemento dietario, en polvo, pastillas o tabletas.
Una vez que las ingerimos, colonizan los intestinos y otras partes del cuerpo, siendo capaces de sobrevivir por sí solas, hasta que son destruidas por antibióticos u otros factores.
Una dosis diaria típica puede ser de 3 a 5 millones de bacterias vivas. Las dosis de bacterias probióticas se miden por la cantidad de bacterias que contiene cada unidad del producto, si hablamos de suplementos dietarios. Algunos laboratorios aseguran la cantidad de bacterias de cada producto al momento de comprarlo, porque factores como el calor pueden hacer que la cantidad de bacteria viva disminuya.
A la vez existen otros productos, como los fructo-oligosacáridos (FOS), que son el combustible que los probióticos necesitan para crecer, pero que nuestro cuerpo no metaboliza. Ingerirlos servirá para aumentar la cantidad de bacterias saludables en nuestro cuerpo.
Estos son algunos de los usos terapéuticos de los acidófilos:
* Síndrome de intestino irritable
* Diarrea de viajero
* Diarrea provocada por la ingesta de antibióticos
* Para evitar infecciones vaginales y del tracto urinario
* Para fortalecer el sistema inmune
* Para curar llagas en labios y boca
* Enfermedad de Crohn
* Para prevenir el cáncer de colon
* Para atenuar los síntomas de la intolerancia a la lactosa
* Candidiasis (hongos en piel, estómago, colon, vagina, recto, boca o garganta)
Si se toman probióticos para prevenir casos de diarrea al viajar, se puede comenzar a ingerirlos una semana antes del inicio del viaje y continuar la dosis hasta una semana después de regresar.
En el caso de las infecciones vaginales, alcanza con dos cucharadas de yogur, o dos pastillas de acidófilos en el caso de que optemos por el suplemento dietario.
A pesar de sus múltiples aplicaciones, los acidófilos no tienen contraindicaciones. Lo máximo que se puede llegar a experimentar es una leve hinchazón o gases apenas se empieza a ingerirlos, sobre todo si es en la forma de suplementos dietarios.
Si bien es cierto que los probióticos ayudan a mantenernos saludables, no hay una dosis clínica diaria recomendada. Se trata simplemente, entonces, de no olvidarse que existen y de tenerlos presentes a la hora de pensar en nuestra dieta de todos los días.
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