Todos saben que la
obesidad no sólo perjudica la estética, sino también a la salud general del
paciente, aumentando sobre todo el riesgo de sufrir enfermedades coronarias.
Sin embargo, nuevos
estudios de laboratorios realizados en los Estados Unidos, han demostrado que
esta enfermedad, que ya es considerada epidemia en muchos países del primer
mundo, también puede causar cáncer, sobre todo en el caso de las mujeres que
hayan atravesado la menopausia.
El problema se centra en
los cánceres de colon y mama, ya que los estudios han sido terminantes al
respecto, aunque también se han encontrado vínculos entre la obesidda y la
gestación de cánceres de colon, riñón, endometrio, y esófago, así como
posiblemente (aún faltan realizar estudios más exactos al respecto) los de
próstata.
Pero el problema no
termina en los mayores riesgos de gestación de cáncer. Además, aquellos
pacientes con cáncer que sean obesos, tendrán menos posibilidades de curarse, y
muy posiblemente vivirán menos tiempo que aquellos que no estén excedidos de
peso.
Causas probables
Uno de los hallazgos más
importantes de estos estudios, se centra en el descubrimiento de que los tejidos
adiposos son mucho más que unos simples depósitos inertes de acumulación de
grasa, ya que de hecho tienen la capacidad de producir y segregar diversas
sustancias que pueden ayudar en el crecimiento y desarrollo de los tumores.
A partir de esta certeza,
queda en claro que una persona obesa o con mucho exceso de peso, tiene mayores
riesgos de sufrir algún tipo de cáncer.
El cáncer de colon, un caso testigo
A diferencia de los
cánceres de próstata, riñón, y esófago que han sido relacionados con la obesidad
pero todavía no existen estudios que lo demuestren en forma fehaciente, se han
realizado investigaciones que demuestran tajantemente la injerencia de la
obesidad en el cáncer de colon.
Además, estos estudios
sobre cáncer de colon, han despejado las dudas respecto al hecho de si es la
gordura en sí misma la verdadera causante de un mayor riesgo de sufrir cáncer.
Sucede que las
estadísticas demuestran que la gente obesa tiene más cáncer de colon que la
gente delgada. Pero como se sabe que las personas que padecen sobrepeso suelen
tener una dieta mucho menos sana que aquellas que mantienen un peso adecuado,
aún quedaba por saber que factor era el que incidía realmente para generar
mayores riesgos de sufrir cáncer.
De hecho, muchos podrían
deducir que no es la gordura en sí misma lo que provoca que los gordos tengan
más propensión a sufrir diversos tipos de cánceres, sino la baja calidad de una
dieta.
La Universidad de Nueva
York, Estados Unidos se encargó de despejar esta duda mediante experimentos con
ratones de laboratorio. Para el estudio, se tomaron un grupo de ratones obesos y
otro grupo de estos mismo roedores, pero flacos.
Se administró a los más
gordos una dieta baja en grasas, mientras que a los flacos, se le proporcionó
alimentos ricos en grasas animales. Luego, ambos grupos fueron inyectados con
una sustancia química que fomenta el inicio de desarrollos de tumores.
El resultado que se
obtuvo, fue simplemente tajante: mientras que tan sólo un diez por ciento de los
ratones flacos contrajeron la enfermedad (aún cuando ingerían una nociva dieta
alta en grasas), más del 80 por ciento de los ratones obesos desarrollaron
tumores de colon, (aún cuando ingerían una dieta saludable).
Además, se encontró que
los ratones obesos contaban con altos niveles de “factor de crecimiento
vascular”, lo cual permite que los tumores puedan proveerse de vasos sanguíneos
para poder crecer.
Por eso, la conclusión de
que el sobrepeso extremo contenía mayores riesgos de provocar un desarrollo de
cáncer de colon, fue totalmente inmediata.
El particular caso del cáncer de mama
Los tumores que tienen
una fuerte correspondencia con el factor hormonal, como los de la glándula
mamaria, también son mucho más propensos a aparecer si se tiene un gran volumen
de grasa corporal, aunque sólo en el caso de las mujeres que hayan atravesado la
menopausia.
Sucede que si bien es
cierto que luego de la menopausia los ovarios dejan de funcionar, aún así las
glándulas suprarrenales continúan produciendo hormonas que, al pasar a través de
la grasa periférica del organismo, experimentan un proceso químico denominado
‘aromatización’, el cual las transforma en hormonas femeninas.
Y como los tumores de
mama tienen una gran dependencia de las hormonas femeninas, tal como sucede con
aquellos que surgen en la pared interna del útero (endometrio), es fácilmente
deducible que los mismos también pueden estar relacionados en parte con la
obesidad.
De esta forma, las
mujeres que hayan atravesado la menopausia y deseen prevenirse de un cáncer
mamario, deben tener en cuenta el valor de mantener un apropiado peso, lo cual
es tan importante como la mamografía anual.
Sin embargo, aquellas
mujeres que aún no han experimentado la menopausia, podrían tener menos riesgos
de desarrollar cánceres de mama si están algo excedidas de peso.
Esto se comprobó luego de
un estudio realizado por la Universidad de Toronto, en Canadá, donde después de
administrarles una sustancia que generaba tumores a un grupo de ratas, tanto
obesas como delgadas, los investigadores encontraron que, mientras que el
cincuenta por ciento de las ratas más flacas habían desarrollado cáncer, esta
proporción bajaba a sólo un diez por ciento en el caso de las gordas.
Con todo, este resultado
debe tomarse con pinzas, ya que el cáncer de mama se desarrolla mucho más a
partir de la menopausia.