Desde el punto de vista psicológico también se pueden encontrar causas para
determinar el porqué no se puede bajar de peso a pesar de hacer dietas.
Pero en este caso específico no sólo se tiene en cuenta lo que come la persona
sino el cómo lo come, las maneras de comer. Esto incluye la historia del
individuo, es decir los hábitos alimenticios que trae de chico y los que fue
aprendiendo a lo largo de su vida, lo que también incluye al ámbito familiar.
A medida que la gente crece comienza a dividir a los alimentos en dos clases:
los buenos y los malos. Si notamos que estamos ingiriendo algún alimento “malo”
esto repercutirá en nuestro estado anímico ya que consideraremos como un pecado
comer eso.
Pero en realidad no existe esa división, todos los alimentos son iguales. Por
eso es imprescindible la reeducación a la hora de comer.
Lo mismo ocurre con los mandatos familiares, que a la hora de querer bajar de
peso influyen en la conciencia de las personas.
Por eso el cambio a veces produce cierta ansiedad, tensión, prohibición y deseo
en la mente del individuo que, mezclados todos juntos, a veces impiden bajar de
peso.
Otra máxima de la psicología es que no existe una dieta única. Cada persona
atraviesa diferentes estados y etapas durante su vida, y a cada una de ellas
corresponderá cierta dieta.
Por eso a veces una misma dieta no sirve para la misma persona en sus diferentes
estados de ánimo.
Las emociones son muy importantes a la hora de bajar de peso. No es lo mismo
atravesar un estado emocional equilibrado que permite llevar adelante la dieta
sin problemas, que estar estresado o en un momento anímico malo lo que lleva a
cometer ciertas “faltas” a la hora de la dieta, lo que termina llevando a no
obtener el resultado esperado.
Muchas veces las ganas y el anhelo por bajar de peso lleva a una persona a tener
cierto temor de lograrlo, lo que lleva a un autoboicot y suele influir en la
relación con los hijos, la pareja, la sexualidad y el trabajo.
En psicología la obesidad (al igual que para la medicina) es una enfermedad, la
manifestación problemática de una falta. El individuo se siente inmerso en ella
y no puede salir aún cuando se niegue a aceptarla conscientemente.
Por eso en psicología se busca que afloren todas las manifestaciones
inconscientes que el paciente oculta detrás de la obesidad.
La persona que come más de lo que necesita en realidad tiene la ilusión de
llenar un hueco, evitar el vacío. Pero en realidad ningún exceso, ya sea de
comida, alcohol, drogas, etc. puede sustituir ese vació existencial.
¿Cómo superar la adicción a la comida?
Lo primero que hay que hacer es interrogarnos acerca de nuestros hábitos
alimentarios:
– ¿Qué como?
–
¿Por qué?
–
¿Cuándo?
–
¿Con quién?
– ¿Como en exceso cuando estoy pasando un mal momento?
– ¿Qué alimentos utilizo a modo de recompensarme?
–
¿Suelo comer solo o acompañado?
–
¿Mastico la comida o como rápido?
– ¿Suelo comer mucho cuando quiero saciar otra carencia?
Otra manera de superar la adicción es ser consciente de que existen otros
sentidos para satisfacer las necesidades emocionales: la vista, el oído, el
olfato, el tacto.
Este último es el mejor para establecer una relación de cariño con otra persona
y así evitar la ingestión desesperada de comida.
La superación de la adicción a la comida es un proceso largo que implica
reconciliarse con uno mismo, no recriminarse por lo que hacemos ya que esto
suele llevar a comer más todavía, detener las distracciones -es decir prestar
atención a lo que comemos y cómo lo hacemos-; no alimentarse a escondidas y no
comer sin hambre, si uno no está seguro de tener hambre es mejor esperar que
llegue el momento que comer porque sí.
La compulsión por la comida nos lleva a desatender una parte nuestra que está
hambrienta y no es escuchada.
Por eso es esencial aprender a oírla, saber qué es lo que sustituimos con la
comida, para que nos sirve.
La compulsión es un mensaje que nos ayuda a dilucidar lo que se había perdido o
dejado de lado. Algo nos pasa cuando comemos sin hambre, y la compulsión, si la
sabemos escuchar, nos dirá exactamente qué es.
Consejos combatir la adicción
y compulsión por la comida
– El dejar de clasificar los alimentos en buenos o malos, adelgazantes o
engordantes, saludables o enfermantes, nos ayudará a elaborar una dieta de
acuerdo a lo que nos pasa con cada alimento en particular, ya que no todos
influyen de la misma manera en todas las personas.
–
También tener un criterio diferente de nuestra familia nos ayuda a crecer,
elegir nuestra propia identidad.
– Pero lo más importante está en saber la medida y la situación en lo que algo
se come, lo que engorda es la cantidad y los excesos se deben a falencias en
nuestro estado anímico que nosotros no podemos ver, pero un buen tratamiento
psicológico – de ser necesario- nos ayudará a entender.
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