En su forma más básica, la intoxicación por agua se produce cuando una persona
toma tanta agua que los otros nutrientes del cuerpo se diluyen hasta el punto de
que ya no pueden cumplir sus funciones.
Usted probablemente haya escuchado el
término electrolito, ya sea en referencia a las bebidas deportivas (que
proporcionan electrolitos, además de otros fluidos) o para ciertas enfermedades,
como la bulimia o la diarrea, que causan peligrosos "desequilibrios
electrolíticos" en el cuerpo.
Los electrolitos son simplemente sales iónicas
(átomos con una carga general positiva o negativa) que las células utilizan para
transportar los líquidos y los mensajes de los nervios desde y hacia las
células, y por todo el cuerpo.
Sin los electrolitos, el cuerpo no puede funcionar. La intoxicación por agua
provoca un desequilibrio electrolítico que afecta las concentraciones de sodio y
provoca una condición llamada "hiponatremia".
En los casos de intoxicación por agua, es la hiponatremia extrema lo que, en
última instancia, puede provocar el coma y la muerte.
Si se detecta a tiempo, el
tratamiento intravenoso con fluidos que contienen electrolitos puede generar
una recuperación completa; pero si no se la trata, la hiponatremia es fatal.
La
intoxicación por agua es básicamente una forma de hiponatremia -que también
puede ser causada por una sudoración excesiva, quemaduras graves, deshidratación
prolongada y ciertos problemas hepáticos, entre otras causas-.
Cuando una persona muere de hiponatremia como consecuencia de una intoxicación
por agua, el factor desencadenante es un severo desequilibrio de sodio, que
provoca daño celular masivo.
El sodio es un ion con carga positiva, y su rol en
el cuerpo es hacer circular los fluidos hacia el exterior de las células.
De
esta manera, el sodio contribuye a regular la presión arterial y a mantener las
señales que permiten que los músculos funcionen adecuadamente, entre otras
cosas.
Las células mantienen activamente una concentración de sodio determinada.
Dentro de las células, hay más electrolitos; fuera de ellas, hay más agua.
Las
células mantienen niveles saludables de sodio moviendo el agua y los
electrolitos dentro y fuera de la célula, para diluir o aumentar los niveles de
sodio en los fluidos corporales.
Pero cuando alguien bebe una cantidad exagerada
de agua en un corto período de tiempo, si el agua no contiene electrolitos
añadidos, el sistema de mantenimiento celular no puede manejar el nivel de
dilución de sodio que se produce.
El resultado es que las células tratan desesperadamente de aumentar la
concentración de sodio de los fluidos corporales absorbiendo grandes cantidades
de agua.
Algunas células tienen una gran capacidad de expansión; otras no pueden
expandirse. Las células del cerebro están limitadas por el cráneo, y pueden
llegar a estallar con la presión del agua que están absorbiendo.
La cantidad exacta de agua que puede generar una intoxicación es desconocida y
varía para cada individuo.
Los síntomas de la intoxicación por agua se parecen
mucho a los síntomas de la intoxicación por alcohol, incluyendo náuseas,
alteración del estado mental y vómitos.
Otros síntomas que pueden presentarse
son: dolores de cabeza, debilidad muscular y convulsiones. En casos graves de
intoxicación por agua, el coma y la muerte aparecen con bastante rapidez como
resultado de la inflamación cerebral.
En la población general, esta condición es
muy rara, pero en el atletismo de distancia, es un riesgo frecuente y, a menudo,
se evita tomando bebidas deportivas en lugar de agua durante los entrenamientos
y las competencias.