Medicina cuántica: el arte de curar vs. el arte de currar

En algunos Institutos y Centros médicos se promueve la cura de diferentes y graves afecciones gracias a lo que su presunto creador, el Dr. Deepack Chopra ha dado en llamar “Medicina Cuántica”, una extensión clínica de la “Física Cuántica” como método curativo...

A MANERA DE INTRODUCCIÓN 

La historia de la medicina, desde sus inicios hasta recién entrado el Siglo XXI, no solo se vio coronada  por constantes y trascendentes progresos, sino que también debió afrontar cruentos fracasos.  

Pero con un inquebrantable anhelo por liberar al ser humano de los padecimientos más agresivos y rebeldes, muchos hombres dedicaron su vida a descubrir, experimentar y batallar para alcanzar una sola meta:  desembarazar a los mortales, dentro de lo posible, de aquellos males que  perturbaran su existencia.  

En su momento, para lograr que la medicina alcanzara la preponderancia merecida, se debió entablar una fuerte lucha,  inmutable, contra las supersticiones, los hechiceros y los curanderos. Si bien es cierto que en la actualidad las brujerías en alguna medida han sido relegadas, no sucedió así con los taumaturgos y manosantas desaprensivos. Algunos más atrevidos, con títulos profesionales, han inventado absurdas especialidades para ocupar un lugar que no merecen.  

En esta conflagración sin fin contra los sufrimientos humanos, la medicina logró impresionantes conquistas, pero aún le quedan muchas batallas que afrontar, entre ellas lograr desenmascarar a los  charlatanes y poner al descubierto el fraude que anteponen a sus logros.  

Y para eso cuentan con el aporte del periodismo incorruptible. Como el que practican con frecuencia los semanarios “Science” y “Nature”, los que difunden con lujo de detalles informaciones sobre

casos de timos que se concretan no solo en el área de la clínica médica, sino también en el mundo científico.  

Quienes lucran con falsas expectativas de curación actúan con conductas contrarias a la ética profesional. Y su accionar amerita la atención de las autoridades por cuanto se constituyen en un grave traspié para la credibilidad de la medicina.  

Es muy fácil cancelar una relación profesional con un: “Lo lamentamos. Hemos hecho todo lo posible, pero por lo avanzado de su caso no logramos revertir la situación. En otras circunstancias hubiéramos alcanzado un éxito seguro. Lo sentimos mucho”.  

Atrás quedaron las esperanzas, los días de tratamiento inocuo y considerables sumas de dinero en concepto de honorarios. “Y muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos” (Mateo, 24:11). 

En algunos Institutos y Centros médicos de esta capital, se promueve la cura de diferentes y graves afecciones gracias a lo que su presunto creador, el Dr. Deepack Chopra (*),  ha dado en llamar “Medicina Cuántica”, una extensión clínica de la “Física Cuántica” como método curativo (ver en este sitio “¿Física cuántica para curar?”).  

En uno de esos Centros, dedicado a una gran variedad de – a mi juicio – especialidades insensatas,  también se ofrece con toda soltura la eliminación de achaques por medio de esa especialidad. Me referiré primer término a una de esas clínicas curalotodo de multifacéticos emprendimientos, conocida con el nombre de MANTRA.  

Igual que en el tango “Cambalache”, donde Discépolo mezclaba personajes tan disímiles como Stavisky, Don Bosco, "La Mignón", Don Chicho, Napoleón, Carnera y San Martín, en ese lugar se brindan servicios profesionales tales como (doy fe, por qué así lo difunden): Antropoterapia, Aromoterapia, Aura Soma, Bioterapia, Cosmic Heling, Chakras, Cromoterapia, Digitopuntura, Fitoterapia, Gemoterapia, Holística, Iridiología, Magnetoterapia, Moxibustión, Musicoterapia, Renacimiento, Sintonización, la administración de elixires,  y por supuesto… MEDICINA CUANTICA.  

Desde ya, no solo me asombra la rara mixtura de terapias para seguramente – espantar dolencias, sino que me dejan perplejo algunas de sus designaciones, tales como “Cosmic Heling”, “Chakras”, Moxibustión”, Iridiología”, “Gemoterapia”,  y otras paparruchadas, ideales para tomarlas a la chacota. 

Obviamente las actividades del Centro se prestan para darle con un hacha, ya que, con todo respeto y sin ánimo de agraviar, provoca que mi memoria vuelva al tango “Cambalache” donde Discepolín confesaba  que “siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos”. 

Por el momento solo pondré los puntos sobre la “Medicina Cuántica”, y que en MANTRA practica y predica el doctor Horacio Conrad. Lo que sigue es una suerte de Declaración de Principios  informativa, a cuyo término me permitiré algunas acotaciones que sonarán peyorativas pero que no podrán ser objetadas. Veamos qué dice el doctor 

“La Medicina Cuántica, palabra que deriva del Quantum o Cuanto, significa "unidad", actúa sobre el cuerpo y sobre la mente. (1)  

“Devuelve algo tan preciado, la salud y el bienestar, pero fundamentalmente la Libertad y Autonomía, con la menor fármaco-dependencia y en el menor tiempo, respetando por sobre todo la condición de cada uno de los pacientes a tratar y sus limitaciones. (2)  

“Desde el punto de vista de la Medicina Cuántica, cuando un organismo pierde la capacidad de mantener sus funciones en forma ordenada y armónica, aparece lo que conocemos como enfermedad. Este desorden puede manifestarse en cualquier órgano o tejido, y es por eso, que cada persona desarrolla una enfermedad distinta y con los síntomas particulares que cada individuo es capaz de manifestar. (3)  

“Mantener este desorden, hará que la enfermedad avance o persista. Corregirlo, en cambio, hará que la enfermedad desaparezca totalmente. (4)  

“Hace más de noventa años, los revolucionarios descubrimientos de Albert Einstein signaron una nueva etapa en el campo de la Física. Einstein descubre que el átomo, ese mínimo elemento, atesora conceptos y variaciones de formas y estructuras, insospechados hasta ese momento. (5)  

“Una vez al año todos los átomos de nuestro cuerpo se renuevan en un 98%. (6)                                    

"Firmado: Dr. Horacio Conrad" 

ACOTACIONES: 

(1) – Sería interesante saber de qué manera los quantum alcanzan algo tan inmaterial como la mente. ¿Del mismo modo que lo harían con el cuerpo?  Expresado así,  parece cosa de brujería… o metafísico. 

(2) – O sea, que de manera implícita el Dr. Conrad aboga para que la gente abandone los tratamientos que le han prescripto sus médicos de cabecera o especialistas y los permuten por la “Medicina Cuántica” que resulta mejor. Todo un desatino y carente de ética profesional. 

(3) – ¡Chocolate por la noticia! ¿Acaso esa teoría no había sido ya planteada por Hipócrates allá por el año 480 A. de C.? Realmente este esclarecimiento, desde cualquier punto de vista, resulta una tomadura de pelo.  

(4) – ¡Maravilloso razonamiento. Estamos salvados. Un descubrimiento notable que oscurece las milagrosas curas de Jesús! A los médicos del Garrahan y de otros nosocomios  no les vendría mal que les dieran una manito con ese aporte de medicina tan de avanzada. 

(5) – En realidad  Einstein no descubrió el átomo. Pensadores griegos presocráticos ya hablaban de corpúsculos indivisibles (átomos). En 1803 el físico John Dalton formuló una hipótesis atómica. Y en 1904 sir George Thomson formuló una tesis muy particular sobre el átomo que permitió un avance progresivo en las investigaciones. Al adjudicársele tal descubrimiento  a don Albert, seguramente por el tema de los quantum, el Dr. Conrad cometió otro grave error. En realidad la física cuántica comenzó en 1901 con trabajos del sabio alemán Max  Planck. Recién en 1905 Einstein tomó el testimonio cuántico y desarrolló en mayor medida la cuestión. Y  aprovechó la bolada para dar a conocer su célebre “Teoría de la Relatividad”. Por lo tanto, en lo que a cuántica se refiere, los méritos primarios son Planck.   

(6) – No un 97 o un 99%, sino que se alega que el recambio es exactamente un 98%. ¿De qué manera habrán mensurado esta renovación atómica en el cuerpo humano? Es una afirmación atrevida que amerita una respuesta clarificadora del Dr. Conrad, cosa que dudo. 

Pero no es solo MANTRA el único centro que incursiona en la “Medicina Cuántica”, sino que también lo hace el Instituto de Medicina Cuántica (IMEC). 

En el mencionado centro de curación, apelando al ignoto método, se practican prodigiosos restablecimientos a dolientes afectados con: Artrosis, Artritis, Osteoporosis, Contracturas, Ciatalgias, Alergias, Asma, Soriasis, Ulceras Venosas Arteriales y Diabéticas, Adenomas Prostáticos,  Estrés, Insomnios, Gastritis, Colones Irritables y Cáncer.   

Sobre esta notable variedad de males que se combaten y vencen con la “Medicina Cuántica”, tomaré como ejemplo el Cáncer, que al decir del Instituto se divide en dos grupos: Carcinoma y Sarcoma. Después de explicar de manera somera a los enfermos sobre las características de su mal (“La proliferación celular en los tumores malignos – se ilustra –  no es totalmente autónoma, además de la dependencia del cáncer respecto al huésped para su irrigación sanguínea, su crecimiento se afecta por las hormonas, los fármacos y los mecanismos inmunológicos del paciente”. – sic), y dan a conocer el tratamiento a seguir. En tal sentido, los especialistas, que supongo poseen títulos de “doctores en medicina”, afirman que: 

“El Sistema Campo Cuántico es una herramienta eficaz en el tratamiento coadyuvante del paciente oncológico. Estimulando el sistema inmunológico, reduciendo el stress de la enfermedad y disminuyendo el dolor del paciente tratado, logrando de esta manera una mejor calidad de vida y un mejor manejo de la patología de base, reduciendo los efectos secundarios de los fármacos habitualmente suministrados”.  

Así de simple y concreto. Lo cierto es que no se da a conocer la metodología del procedimiento terapéutico. Sin embargo, confiesan que “sus equipos generan un campo de ondas electromagnéticas de baja frecuencia que penetran la masa orgánica, interactuando de esta manera con los procesos celulares del organismo”.  

Y que “la aplicación del Sistema Campo Cuántico se realiza ubicando al paciente vestido, de cúbito dorsal en la camilla donde está instalado el equipo, luego el técnico operador utiliza distintos focalizadores, de acuerdo con la patología a tratar”. Asimismo, y seguramente para no amilanar al paciente oncológico, le aseguran que “el método no es invasivo, no es agresivo, no tiene efectos adversos, no requiere de medicación concomitante y puede ser utilizado en pacientes de cualquier edad”.  

Pero no solo el Cáncer puede doblegarse en el Instituto con la “Medicina Cuántica”, sino todas las otras afecciones que destaqué más arriba.  

 Verdaderamente me aterra la osadía de quienes pretenden lucrar con la mala salud de la gente. Me horroriza profundamente porque me resulta salvo pruebas fehacientes  en contrario que contradigan mis comentarios grosero que se mienta de manera tan vil y chocarrera.  

 Especialmente porque se brindan falsas expectativas de curación a quienes buscan superar graves males. No  existe una gran diferencia entre esta “Medicina” y los espejitos y cuentas de colores que portaban Cristóbal Colón y su gente para embelesar a los indios. Por lo menos don Cristóbal y sus seguidores obraban honestamente…  

Entiendo que las autoridades del Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación, no deben desentenderse de la “Medicina Cuántica” y mirar para otro lado. Por lo pronto, en la Academia Nacional de Medicina, según me lo confirmó su Presidente, Acad. Rómulo L. Cabrini, no se registra ninguna actividad relacionada con esa especialidad.  

El Ministro  de Salud muy bien podría solicitarle al IMEC elementos de prueba de que la “Medicina Cuántica” que allí practican posee el alto valor curativo que le adjudican. Y solicitar que traten al señor Presidente de la Nación, Dr. Néstor Kirchner, de la afección gástrica que lo tiene a mal traer y que pondría en riesgo su vida.  Aunque tengo severas dudas de que acepten someterse a semejante prueba de idoneidad profesional.  

Otro paso sería, mediante una orden judicial, para tomar vista de las Historias Clínicas que seguramente debe tener archivadas.  

En fin, como decía mi abuelo Isidro: “La falsedad circula más veloz que la verdad”.   

San Carlos de Bariloche, abril de 2006                                           

(*)  – El doctor Deepack Chopra nació en la India en 1947 y se radicó en los Estados Unidos, revalidando su título profesional. Como las cosas no le iban del todo bien desde el punto de vista clínico, buscó la alternativa de mezclar la ciencia médica con la metafísica, la meditación trascendental y el “panchakarma”(¿?) . También se dedicó  a escribir libro tales como “Cuerpos sin edad, mentes sin tiempo”, “Cómo conocer la mente de Dios” y cosas por el estilo.