Escribe desde Bariloche, Patagonia Argentina, Juan Isidro
González
“A las costumbres de los hombres mentirosos y sin honor
seguirá irremisiblemente la confusión”. Ecclesiastes
Según
la Constitución Nacional, antes de su reforma en 1994, en su Artículo 76
se establecía de manera taxativa lo siguiente: “Para ser elegido presidente o
vicepresidente de la Nación, se requiere haber nacido en el territorio
argentino, o ser hijo de ciudadano nativo, habiendo nacido en país extranjero,
pertenecer a la comunión Católica Apostólica Romana y las demás calidades
exigidas para ser electo senador”.
Teniendo en cuenta esto, surge un misterio, que a esta altura
de los acontecimientos no tiene mas importancia que poner en evidencia un
presunto fraude moral que se le habría hecho al pueblo y a las instituciones
argentinas, horrendo por cierto. ¿Tuvimos un Presidente, quien pretende volver a
serlo, que nos hizo “vendió” una cruel, irreverente y blasfema mentira al decir
que, siendo pequeño, se había convertido al catolicismo por lo que estaba
habilitado para dirigir los destino del país, según el Artículo 76 mencionado
más arriba? Solo en republiquitas como la nuestra pueden darse situaciones como
estas.
Parece ser que nadie, en su momento, le
exigió al hombre más poderoso de La Rioja que demostrara – ¡vade retro,
Satanás!, ¿quién iba a ser tan irreverente para hacerlo y ponerlo en
evidencia? – los “diplomas” que lo acreditaban realmente como converso al credo
Católico, Apostólico Romano. Solo bastaba con su sola palabra, aquella
que también prometió un salariazo y una revolución. La misma que afirmó “io
no sabía nada del tráfico de armas”.
De acuerdo a una investigación ad-hoc
practicada por un grupo de ciudadanos, no se ha podido encontrar – v.g.:
Fe de Bautismo, templo católico donde se concretó la ceremonia religiosa, quien
fue el sacerdote que suministró los Sagrados Oleos ni quienes fueron los
padrinos, etc. – que documente acabadamente que Carlos Saúl Menen
realmente se convirtió al catolicismo en algún momento de su infancia. Según su
propia confesión, habría oficiado como monaguillo en un templo Anillaco, su
ciudad natal y hogar de sus ancestros musulmanes. Así las cosas, al jurar
como primer mandatario “por Dios y Los Santos Evangelios”, en
1989, estaba cometiendo una suerte de blasfemia imperdonable.
Teniendo en cuenta el poder que ejercía y hacía
observar en su comunidad el patriarca de una familia mahometana, cuyas reglas de
respeto y observancia a ultranza de las leyes religiosas islámicas, ¿alguien se
puso a pensar cómo debió reaccionar MENEM padre – si es que alguna vez
se habló de semejante apostasía – cuando su hijo de apenas 9 o 10
años le dijo que iba a permutar El Corán por la Santa Biblia,
cambiar los preceptos de Mahoma por las enseñanzas de Jesucristo?
Se considera en extremo dudoso – salvo
pruebas en contrario – que alguna vez don Carlos Saúl no solo se
haya convertido al cristianismo siendo aún un párvulo de pantalones cortos y
sin la anuencia de sus progenitores, sino que pudiera haber asistido a un
sacerdote católico durante el transcurso de varios oficios religiosos.
Por lo tanto, salvo pruebas en contrario,
cuando el riojano asumió como Primer Mandatario en 1989, habría violado
la Carta Magna, delito que habría prescripto en lo legal, no en lo moral.. Lo
que vendría a ratificar que se trata de un consumado mitómano, que ya nos
engañó una vez y que volverá a hacerlo cuantas veces se lo deje hacerlo.
Por otra parte, es un hombre con mucha
prensa adicta, de tal forma que Luis MAJUL tenía esta información, producto de
una sesuda investigación, y se la “comió” para no caer en desgracia con el
innombrable.
Es factible que el Dr. MENEM se
haya acristianado alguna vez, pero jamás pudo hacerlo durante su niñez,
como suele decirlo. Por lo menos nadie ha logrado ver documentación que avalen
sus palabras.
En otro orden de cosas, según un
periodista chileno, “la señora Cecilia BOLOCO estaría imposibilitada
ginecológicamente para ser madre”, lo que realmente es algo en
extremo doloroso para cualquier mujer. Sin embargo, difundió nuevamente, no
cabe ninguna duda que como bandera de campaña política, esta especie que podría
modificarse de manera clínica más allá del 27 de abril.
Sería interesante que alguien clarificara estos dos puntos.
Por último, se impone decir que quien
miente con el convencimiento de que no será descubierto, lleva con todo en sí
mismo el castigo; íntimamente comprende que falto a su deber y está
irremediablemente degradado.