Los padres y las teorías sexuales infantiles
Son algunos interrogantes que pueden surgir ante el andar sin ropa frente a la mirada de los niños. El estar desnudo a la vista de un bebé no suele tener mayor relevancia ya que aún no se han establecido los límites corporales que van diferenciando un individuo de otro.
Para los niños, a medida que van creciendo, la desnudez deja de percibirse como algo natural y van apareciendo signos de pudor y vergüenza ante la mirada de los otros. Esta actitud demuestra que el niño se está empezando a diferenciar de los demás, valorando su cuerpo como único y propio.
El cuerpo desnudo de los padres provoca una situación discordante, de disparidad, cuestiones que dada la maduración sexual del niño, no podría aún procesar. El pequeño tratará de dar respuestas a sus interrogantes mediante diversas teorías, fallidas, pero que le otorgan una verdad para él.
El impacto que produciría en el niño por Ej.: el tamaño de los genitales adultos, las vellosidades, etc. lo dejaría a merced de sensaciones corporales no procesables aún y sin posibilidad de tramitación simbólica al prescindir de los recursos en esta etapa vital.
La desnudez conlleva una connotación netamente sexual, es propio de la cultura el taparse, cubrirse la zona de los genitales, esto al niño provoca gran curiosidad: lo oculto y prohibido despierta en el niño el deseo de saber que es y como es.
Desde pequeños los niños explotan su curiosidad sexual, como tantos otros temas que los interrogan. Para ellos puede ser tan interesante por ej. saber: “como se hacen los bebés o como se sostiene la luna”.
Cómo responder las preguntas "difíciles" de nuestros hijos
Es de suma importancia responder con naturalidad tanto a temas relacionados con la sexualidad como los que no lo son. Si las preguntas son censuradas, evadidas o sus respuestas son mentirosas, se va creando en el niño cierto tabú en relación a la sexualidad, teniendo incidencia en su quehacer sexual adulto.
Ante los interrogantes de los niños es importante no avergonzarse, no dilatar las respuestas, no inventar ni falsear, usar un lenguaje apropiado para su comprensión, no dar detalles innecesarios.
Los niños tienen impulsos sexuales desde pequeños: Se miran y miran a otros, juegan, se acarician.
Aproximadamente a partir de los seis meses, momento en que logra sentarse, siente curiosidad por sus genitales, juega por medio de la exploración, del tacto y la mirada.
A partir de los tres años es común juegos donde los niños se invitan a bajarse los pantalones, juegan al doctor, al papá y a la mamá, actividad lúdica que surge a partir de la intriga con respecto a la diferencia de los sexos.
Los juegos sexuales, se extenderán hasta aproximadamente los seis años, momento donde ya se ha establecido el concepto de intimidad en el niño y donde los padres también deben respetarlo, por ej. Golpeando antes de entrar a su habitación si la puerta está cerrada o cuando está en el baño.
Las teorías infantiles con respecto a la sexualidad en este período, caen en el olvido, cuestión que propicia el ingreso a la escolaridad sistematizada.
En ocasiones el niño puede descubrir por casualidad a sus padres desnudos. En este caso se debe actuar con la mayor naturalidad posible, no ocultarse como si se escondiese algo malo, se debe tratar de que nadie se sienta incómodo con el episodio.
Hay que tener en cuenta que el niño intentará observar el cuerpo de sus padres para conocerlo y compararlo con el propio. Es importante que el cuerpo desnudo no aparezca de manera forzada o exhibicionista ya que el niño no tendrá claro el significado de los espacios de intimidad.
Proveer un clima de respeto, cuidado y seguridad con respecto al propio cuerpo ayudará al niño a fortalecer su identidad y poder establecer lazos satisfactorios con sus pares y las herramientas para una saludable sexualidad futura.
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