Más allá de la razón por la cual se decida el sacar a un niño de su entorno
educativo habitual, en mayor o menor medida responde a una situación estresante
y que genera mucho angustia en los pequeños.
“Ellos ya han creado su círculo social, se han adaptado a una rutina aunque
ésta no sea favorecedora y conocen por dónde se mueven.
El
colegio
les genera
seguridad y protección, más allá de los problemas que puedan tener, pero de
pronto, reciben una noticia desalentadora que les puede provocar mucho estrés”,
comenta la psicopedagoga española Contxi Ravena.
Cómo enfrentar el cambio de escuela
Lo primero que hay que hacer es comentarle a los niños lo que pasará cuando el
cambio sea un hecho. “Es mejor no tocar el tema hasta que realmente se sepa
lo que se hará a futuro. Los niños son muy sensibles y cualquier conversación
que escuchen por parte de los adultos puede malinterpretarse. Hay que ser
cuidadoso y no discutir el tema frente a ellos”, sostiene la
psicopedagoga.
Una vez se tengan en claro los pasos a seguir es conveniente sentarse con los
niños y explicarles lo que está ocurriendo. “Lo mejor es ser claros, sin dar
vueltas y siempre darles una visión positiva de lo que va a ocurrir.
Esto no significa que haya que mentirles, sino que hay que lograr que se
sientan ilusionados y seguros. Es una tarea complicada para los padres porque
tal vez ni siquiera ellos mismos estén convencidos ni quieran cambiar al niño de
escuela, pero están presionados por las circunstancias.
Los pequeños son capaces de detectar todo, mucho más si se trata de sus
padres, así que hay que estar bien preparados para enfrentar este momento. Más
allá de la angustia, hay que ser quitarle todo dramatismo al cambio y siempre
mencionando todo lo que se ganará y no en lo que se perderá”, reflexiona la
profesional.
Es importante poder mencionarle al niño que hará más amigos, que tendrá nuevas
experiencias, que conocerá otros sitios. “Los padres deben valerse de todo lo
necesario para poder hacer que el niño se sienta contento e ilusionado. No se
trata de querer convencerlo, sino mostrarle el lado positivo”, destaca la
experta.
Una vez que se ha efectuado el cambio de colegio, hay que seguir la evolución
del pequeño con suma atención. “En este momento es cuando los padres deben
estar muy pendientes del comportamiento y aprendizaje del hijo.
Cuando el pequeño regrese de la escuela es conveniente poder hablar mucho con
él y preguntarle cuáles son sus sensaciones”, asegura Ravena.
Más sugerencias para cuando hay que cambiar de colegio
1.- Si el cambio no es producto de una mudanza, hay que aclararle al niño que no
perderá a sus antiguos amigos. “Los padres deben asumir el compromiso de
poder hacer que el vínculo con sus amigos no se pierda.
Decirles que se seguirá viendo con ellos es una manera de conformar a los
pequeños y establecer una buena predisposición entre las partes”, argumenta
la psicopedagoga.
2.- Siempre es mejor que el menor sepa el motivo del cambio. “Aunque sea
pequeño hay maneras de decir las cosas como son sin tener que evadir el tema o
caer en mentiras”, comenta la profesional.
3.- Siempre es mejor cambiar de colegio a tiempo cuando se trata de un problema
de aprendizaje. “Los padres no deben tener miedo ni sentirse culpables ya que
todo lo que se hace es en beneficio de la familia y de los niños”, explica
la especialista.
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