La supervisión y guía son factores importantes si se ha decidido darle al hijo
una paga periódica. La cantidad irá en función de la madurez del niño,
adolescente y joven y lógicamente asociada a las necesidades.
“Hay que educar a los hijos en lo que a dinero se refiere. Hay que crearles
una responsabilidad y una consciencia. Deben saber que por más que la familia no
esté pasando apuros económicos, deben respetar y darle valor a lo que se les da
por semana o mes y no pueden salirse de ese presupuesto y comenzar a pedir como
si no hubieran recibido nada.
Entre los siete y doce años, es el momento indicado para introducirlos al
mundo de la economía, hablarles sobre el
valor del dinero
y lo que cuesta
ganarlo. Es importante que los niños sepan que para conseguir algo que desean
comprarse deben hacer un esfuerzo para poder adquirirlo.
Darles pequeñas tareas para que puedan desarrollar no solamente contribuye a
la educación económica que deben ir teniendo, sino que los estimulará y hará que
tengan una cercanía con el trabajo y aprendan a apreciarlo. De este modo se
estará premiando un esfuerzo.
El disponer de dinero será un derecho y no un
privilegio sin ningún tipo de función social para el menor”, sostiene la
socióloga española Inmaculada Martínez Ruíz.
Los padres deben hacer un análisis de las necesidades del hijo. Saber
exactamente qué es lo que necesita para poder brindarles el dinero justo para
cubrir esos requerimientos.
“Esa es la tarea de los padres y la del niño, no salirse de ese límite de
dinero que debe ser fijado previamente. Es aconsejable establecer un acuerdo
entre ambas partes para que luego no comiencen los malos entendidos”,
comenta la socióloga.
Es muy importante que los adultos recuerden a los niños la importancia de la
solidaridad y generosidad. “Es bueno que tengan un ejemplo de base en la
casa. Si un pequeño desde temprana edad ve cómo los padres se ayudan entre sí,
comparten, ahorran y trabajan, será más fácil para ellos relacionarse
positivamente con el dinero y podrán ser adultos responsables en el futuro.
La mayoría de los problemas que la gente grande tiene con el dinero se debe a
una mala educación financiera temprana”, reflexiona la especialista.
Diferentes maneras de dar dinero a los hijos:
Hay padres que prefieren que el menor solicite el dinero a medida que va
necesitando. “De este modo es más complejo llevar un control de cuánto se le
da al mes o al día al niño.
Generalmente, esta conducta la tienen los adolescentes, pero hay que tener
mucho cuidado ya que si se decide por esta técnica cada vez que al niño se le
ocurra que quiere algo le pedirá a sus padres.
Lo mejor es establecer una cuota fija y no salirse de ella para poder llevar
un control exacto y para que los hijos se acostumbren a no salirse de los
límites y a crear una conciencia de responsabilidad social.
También el tener ya una suma estable hace que el niño pueda respetar, cuidar
y valorar lo que tiene”, aconseja Martínez Ruíz.
El conceder dinero tiene que ser un acto que se base fundamentalmente en el
control, sobre todo en los hijos que ya han cumplido los 13 años. “Es
importante que los padres sepan en qué gastan el dinero los hijos.
Es bueno preguntarles luego de unos días de haberles dado una suma, si aún
disponen de ella o cuánto han gastado. Puede resultar una forma de control para
los hijos, pero es la única manera de asegurarse el buen destino del dinero que
se les da”, opina la profesional.
Lo
que hay que evitar:
·
Que el joven sea caprichoso y piense que todo lo que quiere lo puede obtener
·
Que el menor reciba dinero sin hacer nada a cambio. El ganar el dinero debe
llevar asociado el sentido de derecho y no de privilegio.
·
La falta de valoración y respeto hacia el dinero y hacia el esfuerzo que hacen
los padres por conceder una suma determinada por más que no se tengan
deficiencias económicas.
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