Como ayudar a su hijo a tratar con gente difícil

Si usted se ha dado cuenta de que su hijo simula dolores de estómago para evitar enfrentar a un profesor en particular, o se oculta de los llamados de otros jóvenes, es porque su hijo tiene una seria dificultad para enfrentarse a cierta gente y asumir algunos problemas.

Como padre,
usted tiene la responsabilidad de enseñarle a su hijo que
enfrentar los
problemas
es la única manera de resolverlos y aprender de a poco, y que esa es la
mejor manera de vivir para un adulto.

Lo más
criterioso es dar al adolescente las herramientas necesarias para solucionar los
conflictos que aparezcan, y para enfrentarse a la gente que los pone en situaciones
incómodas.

También es cierto que un joven con un estado emocional sano y con
la educación correcta, puede enfrentarse a los problemas de la vida, teniendo
en cuenta sus instintos complementados con un buen plan de acción.

Si su hijo está
en estas condiciones, de seguro podrá aprender a formular sus propios planes de
acción, con cierta dirección y ayuda suya.


Un imán para las balas

Tarde o
temprano, su hijo tendrá que enfrentarse a una “persona conflictiva”,
agresiva, quejosa, o abusadora, si está en el trabajo, en su casa, en la escuela o en
el barrio. Es normal que el adolescente crea que la culpa de esa circunstancia
sea suya y se comience a sentir como un imán para las balas.

Tenga en cuenta
entonces, que si bien es cierto que hay que tomar ciertas responsabilidades para
poder emprender los cambios, tampoco hay que dejar que el joven se haga cargo de
las faltas de los demás.

Como padres,
necesitamos un plan de acción para enseñar a nuestros adolescentes a tratar
con la gente que los pone en situaciones críticas.

Definición de Gente Conflictiva


Son personas que habitualmente traen problemas a los demás, con patrones de
comportamiento hostil-agresivo, quejosos, silenciosos-insensibles,
irresponsables, muy agradables pero negativos, muy inteligentes o indecisos.

Y aunque no
parezca que una persona silenciosa e insensible pueda causar al adolescente
mucho angustia, debe tenerse en cuenta lo difícil de terminar, por ejemplo, un proyecto escolar al lado de alguien así, algo no es para nada
fácil.

Los individuos
que se quejan constantemente se vuelven insoportables ¿qué pasa si su hijo
comienza a reconsiderar la amistad con un compinche a largo plazo que con su
forma de ser lo desgasta?

La aceptación
refuerza simplemente el mal comportamiento y hace que el adolescente (el
aceptador) quede desamparado y entre en un ciclo interminable. Hacer frente a
las demandas es parte de la preocupación del adolescente, pero la importancia está en la renovación de proyectos o
amistades en la escuela.

Seis pasos
que debe dar su hijo

-Evalúe la
situación. No sólo reaccione; respire profundamente e intente ver qué está
sucediendo realmente.

-Acepte que
existe una diferencia. Deje de desear que la persona conflictiva sea diferente.

-Encuentre un
espacio seguro. Distánciese de la persona difícil, emocional y físicamente.

-Diseñe un plan
de confrontación. ¿Va a combatir contra el matón? ¿Le ofrecerá su amistad?
¿Es mejor encontrar la razón de sus quejas y comprender cuáles son sus miedos?

-Ponga su plan
en ejecución. Cuando su compañero de trabajo comienza a preocuparse y quejarse
todo el tiempo, comience a exclamar: "hey, ya lo dijiste ayer por la
noche… y anteanoche… Ten en cuenta que somos un equipo."

-Supervise la
eficacia de su estrategia de
confrontación y altérela cuando sea necesario.
Quizás el enfrentarse a una persona demasiado agresiva (que intencionalmente
intenta causar gran dolor, repitiendo sus ataques sin justificación y sin
remordimiento), no sea la mejor idea.

Hay personas que
es mejor no enfrentar, y mientras trabaja con su adolescente en cómo tratar a este
tipo de gente, recuérdele que un buen aprendizaje, también consiste en saber
determinar si su reacción está fuera de proporción.

Es bueno que se
pregunte a si mismo si siente odio por una persona, más allá del
comportamiento que tenga. Si es así, su hijo debe trabajar en el aspecto
emocional y sus reacciones para con los demás, midiendo la manera en que
protesta.

Encuentros No Casuales


Muchos especialistas coinciden en que las relaciones dificultosas, no son
casualidad sino oportunidades propicias para el crecimiento espiritual y
personal. Que son buenas para poner como espejo y examinar sus propios problemas
de personalidad.

Intente definir
cuáles son las razones por las que el comportamiento del otro es tan ofensivo, y también considerar si hay alguna verdad en las
observaciones hechas a su adolescente.

Es bueno
reflexionar profundamente en la manera de tratar con una persona difícil, y aprender
a darse cuenta cómo este tipo de conflictos puede hacer crecer al adolescente 
¿Debe
él no hacer caso al problema o ser comprensivo con él? 
¿Es mejor evitarlo o
ponerse de acuerdo con esa persona? 
¿Es mejor tratar de disuadirlo o adaptarse
y encontrar una resolución pacífica?

Cambiar su
comportamiento o reacción puede ser tan simple como hacerle perder el complejo
de mártir, de modo que esa persona deje de intentar sobrecargar a su hijo con
sus problemas.

Manteniéndose
firme y
rechazando ser una víctima es la mejor forma de ganarse el respeto del otro.
Evitar a un profesor agresivo o demasiado duro en el trato, puede ayudar a su
hijo a pasar mejor la escuela y hasta incluso aprender a mejorar su vínculo con los
demás.

Reacciones Cambiantes = Mejores Resultados

La mayoría de
los jóvenes terminan aprendiendo a cambiar la forma de reaccionar ante su adversario, lo cual lo
ayudará a entenderse mejor y a vivir mejor en este mundo, a pesar de que
siempre exista la posibilidad de que surjan problemas irresolubles. Esos cambios
son parte de la maduración y del aprendizaje.

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