¿Cómo detectar la hiperactividad y falta de atención en los adolescentes?

El diagnóstico de ADHD en los adolescentes se realiza a partir de los criterios DSM-IV. Lo ideal es un enfoque interdisciplinario.


Seis
o más de los siguientes síntomas que persistan por lo menos durante seis
meses, con un grado de mala adaptación inconsistente con el nivel de desarrollo
son signos que denotan la enfermedad:

DESATENCION

Falla
frecuentemente al dirigir la atención a detalles o comete errores por distracción
en la tarea escolar u otras actividades.

Tiene
dificultad para mantener la atención en tareas o actividades.

Parece
que no escucha cuando se le habla.

No
puede seguir instrucciones y falla en terminar la tarea (no por falta de
comprensión).

Manifiesta
dificultad para organizar sus tareas.

Evita
o se rehúsa comenzar tareas o juegos que requieren un esfuerzo mental.

Pierde
los útiles necesarios para el desarrollo de las tareas.

Se
distrae fácilmente ante estímulos externos.

Es
olvidadizo en las actividades diarias.

HIPERACTIVIDAD

Frecuentemente
mueve sus manos o pies cuando está sentado.

Se
levanta del asiento en clases o en situaciones donde no corresponde.

Corre
o salta en situaciones inapropiadas.

Tiene
dificultad para realizar actividades sedentarias.

Está
continuamente en actividad como impulsado por un motor.

Frecuentemente
habla demasiado.

IMPULSIVIDAD

Comienza
a responder antes de que terminen de formularle la pregunta.

Manifiesta
dificultad para esperar su turno.

Frecuentemente
interrumpe juegos o conversaciones ajenas.

Para
que estos criterios sean aplicables, los síntomas deben haber comenzado antes
de que el niño cumpliera los 7 años, se tienen que presentar en ambientes
diferentes (escuela y el hogar), debe representar un claro trastorno en la función
social, académica o familiar, y estos síntomas no deberían coexistir con déficit
mental, esquizofrenia, psicosis o trastornos de la personalidad.

¿Con
qué otros problemas se puede confundir?

Es
muy importante diferenciar el ADHD de:

Trastornos
de carácter (oposición).

Trastornos
de conducta.

Abuso
de sustancias.

Trastornos
por ansiedad.

Trastornos
de personalidad.

Estados
depresivos.

Problemas
de aprendizaje.

¿Cuáles
son los tratamientos actuales?

Existen
diferentes posibilidades. Uno de los tratamientos más utilizados es el farmacológico,
pero nunca debe utilizarse en forma aislada, como único tratamiento. Lo más
conveniente es abordar al niño con ADHD desde diferentes perspectivas, en forma
interdisciplinaria. Los principales pasos del tratamiento son:

Recabar
información de maestras, psicopedagogas, los padres o los profesores de educación
física. Confeccionar una historia clínica y una historia familiar lo más
completas posible. Sólo en ese contexto se puede considerar la utilización de
medicación psicoestimulante.

El
metilfenidato (Ritalina), la pemolina (Cylert), imipramina, desipramina
(antidepresivos tricíclicos) son algunas de las drogas más utilizadas, pero
todas tienen importantes efectos adversos y riesgos en su utilización.

Conclusiones

No
están dadas las condiciones para asegurar que el síndrome de hiperactividad y
déficit de atención constituya una enfermedad con características propias, o
bien que se trate de un conjunto de síntomas comunes a muchas patologías.

Diagnosticar
el ADHD sólo mediante el uso de los criterios del DSM-IV es insuficiente,
teniendo como resultado un importante sobrediagnóstico.

Una
eventual buena respuesta a la medicación psicoestimulante no debería
constituir de por sí un elemento diagnóstico.

El
tratamiento psicofarmacológico debe ser postergado hasta agotar otras
instancias terapéuticas.

Hasta
no disponer de más información acerca de los efectos de la medicación
estimulante sobre el crecimiento sería prudente insistir en otras líneas de
tratamiento.

Debido
a su potencial efecto adictivo, conviene extremar los cuidados en el uso de
anfetaminas, sobre todo en los adolescentes.