La lectura debe ser un hábito cotidiano desde que el niño es muy pequeño.
“Esta costumbre no tiene por qué ser aburrida ya que nada aprecian más los hijos
que dejar volar la imaginación y sumergirse en relatos fantásticos que
estimulan
la creatividad a la vez que se ejercita el lenguaje, la comprensión y la lectura”,
sostiene la psicopedagoga argentina Silvia Deluca.
La disposición personal es muy importante, “pero cuando los chicos son muy
pequeños deben sentir el estímulo y el apoyo de sus padres.
Si ellos ven que los adultos sienten amor por los libros y los ven expuestos
en el hogar, sentirán que es una actitud natural acercarse a ellos, comenzar a
investigar de qué tratan.
Primero comenzarán a jugar con ellos y de a poco empezarán a interesarse por
el contenido. Una buena opción para estimular aún más la curiosidad es que en la
habitación de los niños exista una pequeña biblioteca o haya libros en estantes
para que ellos vean que forman parte de la vida de toda la familia y no se
sientan extraños cuando alguien los quiera acercar a la lectura”, aconseja
la profesional.
Consejos prácticos para que los niños lean
1.- Leer un poco todos los días. “No hace falta leer muchas páginas. Desde
que el bebé está en el vientre materno, una de las maneras de acercarlo a los
libros es mediante la lectura que ejerce su madre.
Es conveniente poder leerle al bebé todos los días y una vez nacido no
interrumpir esta costumbre. A medida que el niño va creciendo hay que seguir con
este hábito”, explica la especialista.
2.- Una vez que el niño tenga cuatro o cinco años es conveniente dejarlo elegir
el libro que quiera consultar. “Se guiará por los dibujos, texturas y
colores, pero también comenzará a inclinarse por determinadas preferencias y hay
que respetarlas.
De este modo, sentirá el impulso hacia la lectura. Siempre que se salga con
él de paseo, en vez de sugerirle juguetes hay que también ofrecerle la
oportunidad de adquirir algún libro.
Es la mejor manera de que el niño considere a la lectura como un regalo
positivo que desea y espera con ansiedad y cariño”, relata la psicopedagoga
3.- Si se dispone de una biblioteca pública en las cercanías es una buena
oportunidad para que el niño obtenga el carnet para poder retirar cuanto libro
desee.
“Para el niño será toda una aventura asistir a la biblioteca y elegir el
libro que más desee. Se puede programar un día a la semana para asistir con el
pequeño y mantener esta costumbre de modo cotidiano para crear la conducta”,
aconseja la experta.
4.- Los juegos que tienen a los libros como protagonistas pueden resultar
atractivos si resulta complejo despertar el interés de los pequeños.
“Se puede organizar un juego en familia en donde se intente detectar cada
parte de un libro o fabricar la estructura para poder escribir historias en él y
luego leerlas en familia”, finaliza diciendo Deluca.
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