Cómo hablar con un hijo que puede estar teniendo un problema

Por varios motivos, muchos padres vacilan en discutir con sus hijos aquellas situaciones que temen, como el alcohol o el consumo de drogas. Pero sus hijos necesitan exactamente lo contrario...

Muchos piensan que es imposible que
ellos se involucren con esas substancias. Otros se niegan por no saber que
decir, o tienen temor de poner ideas raras en la cabeza de sus chicos.

No espere a que su hijo tenga un
problema, muchos jóvenes relatan en centros de tratamiento, que pasaron 2 años
antes de que sus padres se enteren de su adicción. Mantenga las líneas de
comunicación abiertas y empiece temprano.

No tenga miedo de admitir no tener
todas las respuestas, hágale saber a sus hijos que usted está preocupado y que
lo mejor es estar juntos para buscar las respuestas.

Sea un buen oyente, asegúrese de
que el joven este cómodo contándole sus problemas. Escuche atentamente lo que
él le dice y no lo interrumpa hasta que termine. Si es necesario tómese 5
minutos para calmarse antes de proseguir. Detecte que es lo que no le esta
diciendo y si su hijo no le cuenta sus problemas, tome la iniciativa y pregúntele
acerca de sus actividades.

Este disponible para discutir sobre
diferentes temas. La gente joven necesita saber que puede acudir a sus padres
para obtener cierta información sobres diferentes temas. Si no tiene tiempo
para discutir, asegúrese de tenerlo luego.

Dele merito a
las cosas buenas que los jóvenes hacen, no resalte solo los defectos. Eso
acercará mas el vinculo entre los dos. Para eso también es necesario dar
mensajes claros, especialmente cuando se hable del uso de alcohol o drogas.

Sea un buen
ejemplo de comportamiento, los chicos se fijan mucho en eso, especialmente en la
etapa de formación. Muéstrese honesto, integro, y buena persona.

Tipos de comunicación

La relación entre padres e hijos,
no siempre es fácil. Las diferentes sintonías pueden alejar a ambas
generaciones.

Para mejorar la
comunicación se debe escuchar, prestar atención, no interrumpir, no preparar
un discurso mientras el chico habla, etc. Detecte la preocupación de sus hijos
en el comportamiento o expresión, en sus movimientos, cuando come, o si mira
muy seguido el reloj.

Durante la
conversación, capte lo que su hijo le esta diciendo, incline su cuerpo hacia
delante si esta sentado, toma su hombro si esta caminando, o toque su cabeza,
mantenga el contacto visual.

Muéstrese
comprensivo de la situación particular (“entiendo lo que decís…” o
“si, a veces es difícil”) y si le cuenta algo que usted no quiera saber,
aguante el momento y no lo ignore. No de un consejo a cada cosa que le cuenta,
escuche el problema global y trate de descubrir lo que hay detrás de las
palabras.