Hacer que los niños respeten las normas en el hogar puede convertirse en una
tarea frustrante. Sin embargo, para no darse por vencido es preferible poner en
marcha algunas sugerencias que pueden ser de mucha utilidad:
1.- El ejemplo es fundamental. “Los niños son esponjas y aprenden rápidamente
todo aquello que ven.
Si viven en un hogar donde hay mucho desorden, no entenderán por qué a ellos se
les exige que guarden todo en su lugar.
El mensaje es muy importante y debe ser lo más claro posible para no
confundirlos”, determina la psicopedagoga argentina Brenda Camisani.
2.- Es necesario disponer del mobiliario pertinente para que los pequeños puedan
tener un sitio único donde conservar sus juguetes. Es también preciso que este
mueble esté al alcance del niño y que pueda acceder a él sin peligro.
3.- Darle un tiempo prudente para que el niño pueda asimilar la orden y
cumplirla.
“Es frecuente que los padres se pongan ansiosos y quieran que el hijo tenga el
mismo ritmo que un adulto, pero hay que entender que los niños hacen las cosas a
otro ritmo y hay que respetarlos.
Bajar un poco las expectativas es necesario para poder crear un clima de
confianza y tolerancia”, explica la profesional.
4.- Trabajar a la par: las primeras veces, los niños deben recibir ayuda.
“Dejarlos solos con las tareas no es la mejor manera para que aprendan. Las
primeras veces hasta que tengan más experiencia y vayan creando el hábito hay
que colaborar con ellos.
Esta medida es también muy positiva para promover la solidaridad y generosidad
entre ambas partes ya que cuando los padres le soliciten ayuda al niño, éste
accederá a cooperar de un modo natural”, explica la especialista.
5.- Si a los niños les cuesta mucho ordenar sus juguetes, un buen modo para que
realicen la tarea es haciendo de esta labor, un juego.
“Pueden jugar al “veo veo”. Una de las partes dice que ve determinado juguete de
tal color fuera del mueble o caja donde se deben guardan los juguetes y de este
modo se estimula al niño para que ordene mientras se divierte, o se puede
colocar música y hay que ordenar todo rápido antes de que acabe el tema.
Otra de las opciones es colocar un reloj con una alarma y jugar a organizar los
juguetes antes de que suene el sonido de advertencia”, aconseja la
especialista.
El mantenimiento del orden no tiene por qué convertirse en una batalla diaria.
“Solamente es necesario ser consecuente con el ejemplo y disponer de mucha
tolerancia para afianzar cada vez más este hábito”, finaliza diciendo la
psicopedagoga.