Cada vez más niños y adolescentes disponen de un teléfono móvil. Más allá de los
riesgos que la tecnología pueda encerrar para los menores, estos dispositivos
pueden ser de mucha utilidad para poder ejercer un control saludable sobre los
hijos.
“Lo primero que hay que considerar es si el menor pasa muchas horas en
soledad ya que hay que tener motivos para poder tomar una decisión.
La edad es clave para saber qué hacer. Un niño o niña de trece o catorce años
puede ya ser responsable y no perder el teléfono que le dan sus padres, pero
brindarle este aparato a un hijo menor, no tiene mucho sentido ya que éste se la
pasa en el colegio y luego retorna a su hogar”, comenta la psicopedagoga
española Rocío Blázquez.
Otro de los aspectos a considerar es el no dejarse llevar por las modas o las
presiones externas. “Es muy complejo sentirse al margen de las publicidades,
promociones, regalos y demás intentos de marketing que se exhiben a todo momento
en los
medios de comunicación.
Hoy en día es raro encontrar a alguien que decida no tener un teléfono móvil.
Los comentarios en los colegios y el ver que otros niños disponen de este
aparato puede hacer que los hijos sientan la necesidad de comentárselo a sus
padres e insistan de tal manera que al final de cuentas, éstos ceden, pero si
realmente no hay una verdadera necesidad, lo aconsejable es dilatar el momento
lo más que se pueda”, analiza la especialista.
Celulares para niños
1.- Entre los once y trece años un niño no tiene el criterio necesario para
saber de qué modo utilizar adecuadamente el móvil. “Lo que se puede ir
haciendo es prestarle el teléfono móvil de los padres a los niños para que vayan
sabiendo cómo funciona.
Es preciso dar indicaciones y comentar que el dispositivo debe utilizarse
para llamar en casos de importancia y que siempre deben contestar el teléfono
cuando suena”, explica la experta.
2.- Durante la adolescencia, los hijos comienzan a salir de noche. “Una buena
alternativa es la de darles solamente un teléfono los días en los que estarán
fuera a la noche o en el caso de que asistan a un campamento”, sostiene la
profesional.
3.- Una vez que los niños cumplen dieciséis años podrán utilizar el móvil,
“pero es siempre aconsejable que se establezcan límites en cuanto a su uso.
En caso de que el menor lo use más de la cuenta, una buena estrategia para que
se haga
responsable es que colaboren con la factura. Los padres deben tener mucho
cuidado con el tema de la adicción.
La función del teléfono móvil es la de poder llamar y recibir llamadas. Darle
al niño un dispositivo ultra moderno con todas las aplicaciones puede llegar a
ser un grave error”, explica la psicopedagoga.
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