¿Es bueno que los niños crean en los Reyes Magos o en Papá Noel?

Todos nos hemos criado con algunas “mentiras” de buena intención. Probablemente la más grande de todas sea la de la existencia de Papá Noel, el gordo y alegre hombre que trae regalos a todos los chicos. La pregunta es: ¿es esta mentira buena o mala para ellos?

Con diferentes nombres alrededor de todo el mundo, Papa Noel (o Santa Claus, o San Nicolás, o cualquier otro nombre que se le quiera dar) es una figura presente en la conmemoración de la Navidad en prácticamente todo el mundo. Pero es probable que la mayor parte de nosotros no sepamos demasiado sobre los orígenes de este mito, así que lo primero que haremos es un breve repaso sobre las bases en las que se asienta este personaje que se viste de rojo y sale a repartir regalos en la noche de Navidad.

Historia

Su nacimiento esta calculado alrededor del año doscientos ochenta, en Patra, que es una ciudad que se encuentra en el distrito de Licia.

Sus padres eran gente de mucho dinero, por lo cual se puede decir que tuvo una infancia muy tranquila desde lo económico, donde nunca le falto nada y su situación era muy acomodada, pero también es cierto que tuvo que enfrentarse constantemente con los deseos de sus progenitores, los cuales veían caminos muy marcados para él.

El problema es que cada uno veía un camino distinto. Mientras que su padre quería que siguiese sus pasos comerciales en el Mar Adriático, su madre deseaba fervientemente que se dedicará al sacerdocio, como su tío, el cual era para ese tiempo obispo en Mira (un lugar que se encuentra en Turquía). Obviamente, esta dicotomía no le hacia las cosas nada fáciles a Nicolás.

La solución al problema llegó de la peor manera posible. La peste terminó con la vida de tanto su madre como su padre, mientras esto trabajaban ayudando a víctimas de la misma, durante una epidemia que azotó a la ciudad.

Por supuesto esto golpeo fuertemente al muchacho, pero lo que más lo conmovió fue el sufrimiento de la gente a su alrededor, enfrentada a la muerte y el desastre que significaba la enfermedad. Sintiendo que tenia que ayudar a los demás, repartió sus bienes entre los más necesitados y partió en dirección a Mira, que era el lugar donde vivía su tío clérigo. Influenciado e instruido (al menos en parte) por su tío, a los diecinueve años, es ordenado sacerdote. Cuando su tío muere años después, se entiende que es la persona ideal para sucederlo y por lo tanto es elegido para reemplazarlo.

Muchísimas historias se cuentan de él, narrando sus milagros y todo el trabajo que realizo con los pobres y los necesitados. Tanta es la admiración que se siente por él, que ha sido convertido en el Santo Patrono de Grecia, Turquía y Rusia.

La fecha de su muerte esta calculada alrededor del seis de diciembre del año 345 antes de Cristo.

Su relación con los niños y la Navidad

Su relación con los niños aparece por primera vez gracias a una historia que cuenta que un asesino había atacado a un grupo de niños, dejándolos heridos. El santo rezo por ellos y con el poder de sus rezos logró que los niños recuperasen la salud de manera casi inmediata.

Pero este no es el único motivo, ya que la mayor parte de las historias sobre su vida nos muestran que San Nicolás aparentemente sentía una particular afinidad con los niños y con ayudarnos en sus malos momentos.

Pero igual esta no es la historia que da lugar a su fama de repartidos de regalos, sino que esta se basa en otra historia, donde San Nicolás se encuentra con un hombre que tiene tres hijas, pero que no puede casarlas ya que no disponía de los medios económicos para proveerlas con la dote necesaria para tal menester. El empobrecido hombre se encontraba bastante desesperado. Pero cuando sus hijas llegaron a tener la edad para casarse, San Nicolás se acercó a su casa y les entregó una bolsa llena de monedas de oro a cada una de las muchachas. Lo curioso (y lo que da forma en su mayor parte al personaje del que estamos hablando) es que el sacerdote no se presentó en la casa simplemente y habló con ellas, sino que lo hizo en secreto, introduciéndose por una ventana y dejando las bolsas de oro en las medias de cada una de las muchachas. Las medias se encontraban en la chimenea, donde eran dejadas para secarse.

Por supuesto, desde allí hasta llegar a la idea de los regalos de Navidad hay tan solo un paso, pero igualmente hay que darlo. Y este paso se debe a que en Roma, a mediados de Diciembre se llevaban a cabo unas fiestas en honor de los antiguos dioses romanos (o griegos, si se quiere). Al final de estas fiestas, la costumbre dictaba que los niños debían recibir de los adultos una serie de presentes y obsequios.

Igualmente ya antes de la aparición real del mito de Papa Noel existían otros personajes que se dedicaban a entregar regalos a los pequeños en determinadas fechas. Los había entre los italianos y también entre los pueblos vascos. Con el tiempo, sin embargo, el mito de Papá Noel fue tomando cada vez más fuerza, para terminar finalmente desplazando a todos los demás y ser, como es, uno de los de mayor presencia alrededor de todo el mundo, donde la Navidad es festejada por un muy alto porcentaje de la población.

El Mito actual

Habiendo sufrido toda una serie de modificaciones con el paso de los años, y habiéndose encontrado cada vez en más sitios y con cada vez más agregados (incluido nombres para los renos), el mito actual de Papa Noel nos cuenta de un viejo y gordo hombre que se viste con un traje rojo forrado en piel (por el frío), vive en el polo norte (junto con una gran cantidad de duendes o elfos que lo ayudan con la construcción de los juguetes y recibe las cartitas de todos los niños del mundo, cartitas donde estos le piden los juguetes que desean recibir en la fiesta. Además, sabe quien ha sido bueno y quien no, y sobre la base de esto decide como se reparten los juguetes, ya que aquellos niños que no se han comportado correctamente no reciben nada. Los regalos son repartidos en la noche que va del veinticuatro al veinticinco de Diciembre (Nochebuena), en todo al mundo a la vez (lo cual demuestra los grandes poderes mágicos de Papa Noel). Como en la historia que contábamos antes, Papa Noel se mete por las chimeneas o las ventanas y deja los regalos junto al pesebre o en las medias de los chicos.

Los niños y el mito

Pero vamos a adentrarnos en lo que realmente nos interesa en este artículo, que no es la historia de Papá Noel, sino cual es el efecto que puede tener en nuestros niños el decirles de la existencia de este mítico ser. O sea, es una pequeña mentira, pero la pregunta que nos interesa es: ¿puede esta pequeña mentira crearles algún tipo de daño duradero? ¿O es simplemente algo con lo que pueden vivir y crecer de forma normal?

La mayor parte de nosotros hemos crecido con la historia de Papa Noel y la verdad es que también la mayor parte de los niños encuentran este mito constantemente, tanto entre sus amigos como en la televisión, ya que la presencia de Papa Noel es permanente. O sea que, en realidad, la cuestión no pasa por si tenemos que decirles sobre él (se enterarán de cualquier manera) sino por si tenemos que decirles que en realidad no existe.

Cada año millones de chicos esperan ansiosamente la llegada de la Navidad, escribiendo sus cartas e ilusionándose con este personaje mítico y lo que él les traerá. La mayor parte de ellos no conocen demasiado sobre él, solo lo que ven en la televisión y se pasan de boca en boca. Los orígenes no les interesan y tampoco hay una razón por las que debiera interesarles. Después de todo, lo importante es que entra en las casas y deja regalos. Y que hay que seguir una serie de rituales.

Reacciones

Por supuesto, siendo una historia que esta tan distribuida, podemos suponer que las reacciones que se encuentran en diferentes hogares también difieren ampliamente. Considerando ya desde el inicio que ni siquiera la historia es exactamente la misma en todos lados, ni tampoco lo son los rituales, entonces no hay muchas posibilidades de que sea de otra manera.

Casi todos los adultos que tienen hijos tienen que tomar algún tipo de actitud con respecto al tema que nos interesa en este artículo. Y ya sea por la diferente crianza, religión, experiencias de vida o por lo que sea que hace que cada uno sea diferente del otro, sus opiniones también se encuentran muy divididas. Vamos a hacer un breve repaso a las que son las más comunes reacciones cuando se encuentran enfrentados a este mito.

La razón de la Navidad: Existe un importante grupo de padres, en general con una importante formación religiosa y convicciones muy firmes en este área, que se niegan a enseñarles a sus hijos sobre el mito de Papa Noel porque esta no es la razón por la cual se celebra la Navidad, y por lo tanto no quieren crearles falsos motivos de celebración que los alejan de los verdaderos, convirtiendo esta festividad en simplemente un momento del año en que se reciben regalos y no la celebración del nacimiento de Jesús.

La mentira y la verdad: Otro motivo para no hablarles a los hijos del mito de Papa Noel que encuentran muchos padres se relaciona directamente con una cuestión de educación, de lo que se quiere enseñar que esta bien y del tipo de contradicciones que podemos encontrarnos en nuestra tarea como educadores

La mayor parte de los padres (por no decir prácticamente todos) nos empeñamos en enseñarle a nuestros hijos que si hay algo que está mal y no hay que hacer es mentir. Se lo decimos cientos de veces, esperando que lo comprendan y que no adopten esta costumbre que despreciamos abiertamente. Considerando esto, todos podemos ver la abierta contradicción que significa contarles sobre un hombre gordo vestido de rojo que entra en las casas a dejar regalos, cuando en realidad somos nosotros mismos los que compramos, envolvemos y ponemos en su lugar los presentes. Lo mismo sucede con otros personajes por el estilo, como el ratón Pérez o los Reyes Magos.

La falta de regalos: La verdad es que no todos los padres pueden comprar presentes para Navidad. No todos disponen de los medios para hacerlo. Entonces, si a los chicos se les cuenta una historia de un personaje que viaja por el mundo dejándole regalos a todos los chicos que han sido buenos, de una persona que ama a todos por igual y (supuestamente) no hace diferencias entre los niños, ¿qué pasa con estos chicos que no están recibiendo nada, por una cuestión puramente social y económica, pero que no se les puede ser explicada ya que en realidad creen que no tiene ningún efecto sobre la persona que supuestamente les trae las cosas? ¿Cómo se puede sentir este chico, que tipo de daño puede llegar a ocasionarle? Seguramente, como mínimo, se sentirá mal, se preguntará en que es diferente de los demás y que es lo que ha estado haciendo de forma incorrecta. Obviamente, esto no puede ser bueno para él. 

Crédito: Y, por supuesto, también podemos encontrar un motivo para no hablar de Papa Noel que podríamos decir que es un poco más egoísta. Hay padres que cuestionan el darle el crédito por lo que se ha hecho a una figura mitológica, ya que desean que se sepa que ellos fueron los que hicieron la excelente elección de regalo, se tomaron la molestia de envolverlo y de presentarlo. ¿Por qué querría alguien pasar por todo ese trabajo, para que después los chicos piensen que fue una persona ficticia el que hizo todo?, suelen cuestionarse. La verdad es que no debería importar demasiado quien se lleva el crédito. El hecho de ver que nuestro hijo esta feliz con algo que, después de todo, nosotros sabemos que elegimos debería ser una recompensa en sí mismo, no deberíamos necesitar que se nos elogie por lo realizado. 

Consumismo y anti-consumismo: Por otro lado, el que probablemente sea el motivo más fuerte para no hablar de Papa Noel a los niños (dejando de lado aquellos que se relacionan directamente con la salud mental de nuestros hijos) tiene que ver con la necesidad de consumir que parecen generar estos personajes, necesidad de consumir que se agrega a aquella que la propia festividad trae consigo, y con la que la mayor parte de los padres no están de acuerdo, amen de aquellos que en realidad no pueden afrontar totalmente todos los gastos que esta conlleva.

La cosa es que la mayor parte de los chicos ya saben la historia de Papa Noel, de parte de gente que se encuentra fuera de la casa o por causa de los medios. Así que es imposible evitar que lo sepan. Entonces, si el consumismo es lo que nos molesta de estos personajes, lo único que podemos hacer es intentar contrarrestar un poco esto, negándonos a esparcir aun más la historia de Papa Noel.

No nos engañemos, la mayor parte de las festividades son más importantes para las personas que venden cosas relacionadas con ellas que para nadie más. Y estos personajes relacionados muchas veces cumplen con este fin. Es posible que nos sintamos molestos por esto, por el consumismo desmedido que parecen generar y esta es una reacción natural.

La mayor parte de las personas que sostienen este tipo de opiniones, igualmente, no encuentran errónea la figura de que representa a la festividad propiamente dicha, sino a todos los esfuerzos por hacerlo una fuente de ventas que se hace con ellas. Considerando esto, no les importa realmente que sus hijos crean o no en ellos (seguramente los animarán a que tomen su propia decisión) sino que sepan claramente el tipo de manejos al que nos estamos refiriendo, que comprendan como son usados y puedan tomar solamente la parte más lúdica de la historia y dejar, al menos un poco, de lado todo lo que concierne a los impulsos pura y exclusivamente referidos a lo económico.

Es interesante que sea de esta manera. Por que a esta altura no es de una persona inteligente el negar sistemáticamente este manejo de las festividades por parte de quienes desean vendernos cosas. El comprender que esto puede ser de esta forma que estamos diciendo seguramente le dará a nuestros hijos mayores armas para decidir en que creer y, principalmente, para no ser engañados y no confundir los sentimientos propios de la fiesta con aquellos que no hacen a las festividades, sino a deseos de hacernos gastar nuestro dinero.

Papá Noel y la familia: Lo importante es impulsar el deseo de disfrutar con la familia, no pensar que lo único importante son los regalos. La figura central de la Navidad pueden ser nuestros familiares y no Papa Noel.

Manteniendo la magia: Pero, por supuesto, no todas las reacciones que encontramos son negativas con respecto al anciano de barba blanca y ropa roja. Es que hay que decir algo que también es cierto: vivimos en un mundo muy “realista”, que deja poco lugar a la fantasía, a creer en la magia y en que lo imposible es, en realidad, posible y hasta cotidiano.

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