Este mote es utilizado para describir a los jóvenes de entre 14 y 30 años que ni
estudian ni trabajan.
“Más allá de bromas y calificativos que despierten risa, es una problemática
importante a la que las sociedades deben hacer frente de alguna u otra manera”,
comenta la socióloga española Irene Giménez Díaz.
Perfil del Ni-ni:
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Indiferencia
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Desgano absoluto por todo
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Viven angustiados y perturbados
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Culpan a todos por su falta de iniciativa y deseo
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No le encuentran el sentido al estudio
“Son jóvenes que tienen que asumir una posición de ocio obligatorio porque no
tienen otra cosa que hacer más que no hacer nada.
Viven de sus padres, pero no sienten ningún tipo de remordimiento por la
situación en la que viven.
Se suelen angustiar con bastante facilidad, per por el hecho de no tener nada
productivo que hacer y culpan al exterior de las propias dificultades”,
argumenta la especialista.
Se escudan en la crisis económica para justificar el no querer estudiar o
trabajar. “Son muy manipuladores. Sobre todo con los padres ya que adoptan
una actitud de víctimas.
Es posible que nunca hayan buscado trabajo, pero de todos modos saben que es
complejo y hasta imposible poder conseguirlo. Esto es más fácil que salir a
buscarlo.
La misma actitud la tienen con el estudio. Tienen una pasividad exagerada que ya
roza el extremo de todo buen gusto y limite tolerable”, continúa expresando
la especialista.
Muchos niños nacen creyendo que el mundo les debe todo. “Esto es lo que han
aprendido de sus padres.
Los hijos que siempre han tenido todo, que nunca han tenido que sacrificarse o
colaborar en la casa creen que son reyes y que siempre lo serán por más que
sigan cumpliendo años.
Cuando alguien les comenta que están equivocados se enfurecen y piensan que la
sociedad está en contra de ellos.
No asumen las obligaciones que tienen como adultos y se rebelan contra las
normas naturales de lo que es una sociedad en toda regla”, argumenta Giménez
Díaz.
Qué hacer con un ni-ni:
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Para los padres es sumamente complejo poder manejar esta situación. “Son los
hijos y los ven perdidos, perturbados y confundidos.
Muchos desórdenes que hay en las familias pueden ser producto de estos Ni-ni,
pero los progenitores son quienes deben guiarlos y no protegerlos en su
holgazanería ya que cuanto más tarde se inserten en el mercado laboral, peor
será para ellos”, opina la socióloga.
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Los padres deben tener una figura de autoridad. “Muchos padres creen que
hacerse amigos de sus hijos es lo mejor y quedará divertido y serán considerados
muy modernos, pero es un gravísimo error ya que los jóvenes tienen que tener una
figura responsable que los pueda guiar no acompañar en su propia destrucción.
Nadie dice que haya que criar a un hijo de modo tirano, pero sí con valores,
obligaciones y derechos”, finaliza diciendo Giménez Díaz.
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Pasar más tiempo con los hijos. Ver cuáles son las amistades que frecuentan y
qué hacen de sus vidas. Entrometerse un poco más e involucrarse en lo que hace
el hijo todo el día. Ayudarles a encontrar una profesión o estudio que los
motive.