Según los especialistas, los niños que reciben todo el tiempo
atenciones y sus
necesidades son abastecidas por terceras personas sufren tanto como aquellos que
han sido abandonados.
“Los padres solemos darle a nuestros hijos ayuda que es
realmente innecesaria, y esto corresponde a una propia inseguridad que es
transmitida inútilmente a los pequeños.
Como adultos debemos entender que de a
poco hay que ir logrando que ellos consigan sus metas sin la ayuda de nadie”,
sostiene la psicopedagoga argentina Celeste Artúzar.
Una de los factores que influyen es que los adultos desconocen las
capacidades
del niño. “Otro de los aspectos tiene que ver con un tema de tiempo.
Muchas
de las tareas que los hijos pequeños pueden hacer por sus propios medios, las
llevan a cabo los progenitores porque las hacen mejor y más rápido. Esto puede
parecer un detalle, pero es una de las explicaciones que más se escuchan en las
consultas”, explica la psicopedagoga.
Cómo dejar de sobreproteger a tus hijos
“Hay que enseñar a los hijos a solucionar los problemas. La intención no es
dejarlos solos y que encuentren una salida, sino darle pautas, consejos para que
vayan ganando confianza y puedan ir resolviendo los conflictos sin tener que
acudir antes de intentarlo a los adultos”, comenta la profesional.
Ir provocando pequeños inconvenientes a modo de juegos para estimular la
capacidad de los pequeños. Preguntarles qué harían en tal caso o cuál sería la
manera de reaccionar ante determinado problema.
No acudir a solucionarles las cosas inmediatamente. “Dejar que el niño
explore, pueda analizar el terreno y encontrar diferentes propuestas a modo
resolutivo. Si al pequeño le cuesta mucho se podrá acudir y ayudar, siempre con
tranquilidad y de manera positiva, apoyando y estimulando al hijo”,
argumenta Artúzar.
Darles a los niños un tiempo suficiente para que puedan hacer sus tareas sin
necesidad de ayuda de un adulto. “A los niños hay que protegerlos de los
verdaderos peligros, pero no es adecuado asumir esos pequeños logros que ellos
mismos pueden conseguir y que los hará sentir orgullosos y más adultos de lo que
son. El sentimiento de triunfo es muy importante que lo experimenten”,
sostiene la especialista.
Consecuencias de la sobreprotección
–
Falta de creatividad, déficit de autonomía personal, inseguridad, inmadurez y
vulnerabilidad
– Tienen poca tolerancia a las frustraciones y a los momentos que generan estrés
“Los niños sobreprotegidos de adultos tienen terror a
equivocarse. Ven a los errores o traspiés como una verdadera tortura. Esta
actitud deja una huella muy profunda y lo más conveniente es poder evitar esta
consecuencia”, explica la experta.
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