¿A todos por igual?, ¿o a cada uno según sus necesidades?


El tema
financiero siempre se asoció con el mundo de las personas adultas. Pero en
realidad también es parte del mundo de los niños, desde que comienzan a tener
conciencia de lo que es el dinero.


A
medida que los niños van creciendo el tema se empieza a complicar cada vez más.
Siempre por los sentimientos contradictorios que genera el dinero.


Estos
casos se profundizan cuando tienen hermanos, porque suele suceder que piensen que
están recibiendo menos dinero de sus padres, o porque sienten celos o envidia
cuando su hermano/a consigue un empleo mejor remunerado y aún así recibe lo
mismo de parte de sus padres.


Pero
estas decisiones ¿dependen solamente de los padres? ¿Se debe ser siempre
equitativo con todos los hijos?


En
realidad, según los especialistas está bien que los padres ayuden más a un hijo
que se encuentra en una situación financiera mala que al que tiene un empleo
que le permite mantenerse.


Lo que
ocurre es que detrás de esto estallan los celos. La “rivalidad” entre hermanos
siempre existe, no importa en qué ámbito, y bajo qué circunstancias, se
produzca.


Las
preguntas que deben hacerse y replantearse los padres son:

– Si quieren lograr un equilibrio entre sus hijos, ¿está bien ayudar más a uno
que a otro? ;
– Si le dan algún obsequio más valioso a un hijo, ¿deben compensar al otro con
algo del mismo valor?

Pero lo que siempre deben hacer los padres es comunicarles a sus hijos sus
intenciones abiertamente.



El peor error es actuar a escondidas de algún hijo, porque tarde o temprano éste
descubrirá lo que pasa y se terminará sintiendo discriminado e inferior a su
hermano, pues el secreto sólo sirve para alimentar las peores fantasías y
temores.

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