Un niño con un
trastorno del aprendizaje es por lo general un niño inteligente, que
inicialmente trata de seguir las instrucciones, de concentrarse y de tener buen
comportamiento en la casa y la escuela. Sin embargo, el joven no domina las
tareas escolares y comienza a rezagarse. Algunos, tienen dificultad en
permanecer quietos o prestar atención.
La estimulación no es
sinónimo de la persecución, y en estos casos se recomienda incentivar a través
de la charla constante y el convencimiento de que el saber mas sobre diferentes
aspectos de la vida, es un beneficio y no una perdida de tiempo.
Sin embargo, muchas
veces estos problemas son consecuencia de algún trastorno nervioso o emocional.
Algunos de estos niños son hiperactivos y/o distraídos con un lapso de atención
corto.
Los psiquiatras de adolescentes indican, que estos niños pueden ser
ayudados, pero que si su condición no se detecta y se trata a tiempo, el
problema puede aumentar y complicarse rápidamente.
El desconocimiento de
esta clase de conflictos, puede arrastrar a un mal mayor, afectando
progresivamente su autoestima y su versatilidad en la capacidad de entender.
Otro fenómeno relacionado es el de la mala conducta. Los jóvenes prefieren
parecer “malos” a “ignorantes” y prevenir este tipo de repetición de
frustraciones es imprescindible para una rápida recuperación.
Si
uno nota que el joven tiene dificultad
en atender o seguir instrucciones, en recordar lo que se le acaba de decir. Si
tiene fracasos académicos como consecuencia del poco dominio de destrezas de la
lectura, escritura y/o aritmética, en la coordinación cuando camina, en los
deportes, en actividades manuales sencillas como sostener un lápiz, amarrarse
los zapatos o hacer un lazo, entonces deberá consultar con un especialista.
El psiquiatra de
adolescentes trabajará en colaboración con los
educadores y otro personal de
la escuela, para hacer pruebas que puedan detectar la razón de la dificultad en
el aprovechamiento y la presencia de problemas específicos de aprendizaje.
El profesional evaluará
la situación y hará las recomendaciones adecuadas a su ubicación escolar.
Quizás sea necesario también algún tipo de terapia especial o académica y se
ocupará de conseguir la mejor forma de ayudar al joven en su desarrollo mental
y recomendar cual es la mejor solución para que el adolescente pueda
desarrollar plenamente todo su potencial.