Criticar constantemente y con mala fe, no causa sino malos sentimientos. “Los más afectados son sin duda alguna los hijos, y si éstos son menores, mucho más grave es la situación ya que no están en condiciones objetivas de poder discriminar los comentarios maliciosos de aquellos que pueden llegar a ser constructivos”, sostiene la psicóloga española Constanza de Benito.
El educar a los hijos bajo la discriminación hacia uno de los progenitores se denomina síndrome de alienación parental. “Esta conducta es bastante habitual en las mujeres solteras que han sido abandonadas por la pareja o que han sido víctimas de un desengaño del que no son capaces de recuperarse y lo que hacen es trasladar todo el odio y el rencor hacia los hijos. Lamentablemente, en muchos casos las madres consiguen tener éxito y la relación entre el padre y los hijos se deteriora”, explica la profesional.
Aquella mujer que pueda transformar su experiencia negativa en una enriquecedora podrá transmitir a los hijos emociones que los mantengan al margen del pasado doloroso que se haya podido sufrir.
“No es sencillo perdonar, elaborar duelos ni comprender a alguien que se ha encargado de lastimar sin medir consecuencias, pero es importante por uno, por los hijos y también para poder tener un futuro en donde primen las buenas intenciones”, determina la psicóloga.
Reconstruir la relación una vez que ésta se ha roto es muy complejo. “El acercamiento debe existir. Ambas partes deben estar de acuerdo y dejar resentimientos de lado. La clave en todo esto es poder dejar la rabia y el pasado detrás sin estar pasando facturas constantemente sobre lo que ha acontecido.
El padre debe tener la autoridad necesaria para poder entablar una buena comunicación con su hijo por más que la madre no esté interesada en que el encuentro suceda. Por más mala relación en pareja que se haya tenido, ninguno de los dos progenitores debe ser excluido del trato con los hijos.
¿Qué hacer con las críticas de un padre hacia el otro?
1.- Si ambos padres están juntos en alguna ocasión y frente a los hijos, es bastante habitual que uno de los progenitores critique abiertamente a otro.
2.- Los niños cuando están con el padre alienado, lo tratan injustamente y reiteran comentarios del adulto psicológicamente maltratador. “También se victimizan y hacen responsable al padre de cualquier conducta propia inadecuada porque en sus mentes siempre la culpa será externa”, sostiene la profesional.
3.- Es importante que el padre pueda también expresar su punto de vista sin que exista autoritarismo en la forma de comunicación. “Puede existir muy mala relación entre los adultos, pero los hijos no deben ser utilizados como botín de guerra.
Tanto la madre como el padre tienen que saber encontrar los mecanismos adecuados para establecer un dialogo en donde los niños conozcan tanto al padre y a la madre, sean capaces de sacar sus propias conclusiones y sobre todo, puedan quedarse con lo mejor de cada uno sin tener que convertirse en jueces”, finaliza diciendo la especialista.
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