¿Por qué nunca me festejan el cumpleaños?

Este día tan especial puede convertirse en una mancha negra en el calendario. Quienes no acostumbran a celebrar el propio tampoco sentirán la necesidad de festejar los cumpleaños ajenos...

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El ser humano se basa en
las costumbres y enseñanzas que ha recibido para manejarse en la vida.

“Haber nacido en una
familia que no tiene el hábito del festejo es suficiente para que no se cree una
necesidad como la de tornar especial un día más del año.

Sin embargo, muchas
personas ven ridículo todo lo que gira en torno a este tipo de celebraciones y
se abstienen de sumarse a ellas.

Los hijos de estas
personas crecen sin experimentar lo que es festejar un cumpleaños, recibir un
regalo, comer un trozo de pastel o sentirse especial durante unas horas”
,
comenta la socióloga española Bienvenida Gallardo.

La influencia del entorno
es muy grande. “Los hijos de estas familias ven que a los otros niños les
festejan y los adornan de regalos y cariños, son invitados a fiestas, pero ellos
nunca son los protagonistas porque en su hogar no acostumbran a celebrar.

Crecen con la necesidad y
con el deseo de experimentar qué se siente, pero lamentablemente este tipo de
hábitos no se pueden enseñar ni imponer.”
,
explica la profesional.

¿Se puede
hacer algo para revertir esta situación?:

1.- Hablar con la familia
y preguntar por qué motivo no hay festejos de cumpleaños. “Muchas veces la
razón puede ser religiosa, pero hay que indagar en cada familia para ver lo que
realmente puede estar pasando.

Si realmente se desea
tener un  cumpleaños, la familia, como
núcleo social
primario y el más importante de todos deberá entender que celebrar el día en el
que uno de sus integrantes ha nacido tiene que ver con la autoestima, con
demostrar amor por el otro.

Hacer sentir a la persona
homenajeada un cariño especial es fundamental. Durante el día del cumpleaños se
debe sentir una energía especial, una renovación en cuerpo y alma, un
renacimiento y nadie tiene derecho a anular un momento tan particular.

No se trata de

grandes fiestas
ni derroche de dinero, sino más bien de una actitud
”,
aconseja la especialista.

2.- Si aún con las
explicaciones anteriores, la familia no cede,  no hay que esperar a que nadie
celebre el propio cumpleaños ya que cada uno puede hacerlo.

“Para sentirse especial no
hacen falta caros regalos. Ese día puede convertirse en el mejor día del año si
se tienen deseos de hacerlo especial e inolvidable.

Si se es pequeño se
tendrán menos opciones, pero si ya se es mayor, las posibilidades son muchas,
desde organizar un paseo, una comida especial, mimarse un poco regalándose un
masaje o ahorrar durante el año para tener el mejor regalo que se desee”
,
comenta la socióloga.

3.- Muchos adultos asocian
su cumpleaños con momentos tristes del pasado.

“A veces, las
circunstancias coinciden y un momento destinado a la felicidad se convierte en
una marca imborrable como la muerte de otra persona cercana o un evento que
marca la vida del entorno de esas personas.

Hay que hacer lo posible
para poder superar estas situaciones ya que son coincidencias indeseadas que no
tienen que prolongarse más de lo debido y que nadie debe pagar porque no ha
habido responsabilidad alguna
”,
expresa la experta.


Sugerencias para amigarse con los cumpleaños:

1.- No es necesario
organizar una gran fiesta ni invitar a gente, pero es importante que las
personas más cercanas puedan saludar y ofrecer un pequeño obsequio.

Preparar una comida
especial y hacer que ese día se destaque en algo. Tampoco se está pidiendo
demasiado, sino un poco de amabilidad con quien está celebrando que está vivo.

2.- Muchas veces, por no
querer uno mismo celebrar su cumpleaños, priva a sus seres queridos del festejo.
“Es importante poder separar los tantos.

Que uno sea incapaz de
demostrarse afecto y elevar su autoestima no significa que los niños de la
familia o el resto de seres cercanos deban también sentir y experimentar ese
rechazo.

Hacer esto sería un gran
error. Todos tenemos derecho a ser queridos, a sentirnos especiales al menos una
vez al año
”,
argumenta la socióloga.