Trabajar
con la propia familia puede ser una ventaja en tiempos de crisis y falta de
trabajo, pero también hay que saber aprovechar la oportunidad para no comenzar a
tener una mala relación con los familiares.
“Es bastante habitual en las
empresas familiares que pasen de padres a hijos y que todos trabajen en un mismo
oficio.
Por tal motivo, hay que intentar mantener los buenos modales y un
comportamiento adecuado más allá de que no se esté mucho de acuerdo con las
obligaciones o decisiones a seguir”, sostiene la gerente de recursos humanos
de una empresa de telefonía en Argentina Carolina Torres, quien trabaja con sus
padres y una hermana.
Recomendaciones para trabajar con tu padre
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Hay que comenzar a familiarizarse con los roles que hay fuera del hogar. “En
el trabajo, el padre deja de serlo y se convierte en el empleador. Hay que
seguir sus instrucciones y mantenerse lo más alejado posible de la relación de
parentesco”, comenta la trabajadora.
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Otra de las sugerencias fundamentales es no llevar al hogar los problemas de
trabajo y viceversa. “Es complejo y al principio es inevitable que se hable
durante la cena o los fines de semana de lo que hay que hacer de trabajo en la
semana, pero con el tiempo se van estableciendo y aceptando los límites”,
opina Torres.
·
No se debe exigir más o menos a un hijo. “Al principio se intenta proteger al
familiar. Hay que tratarlo como una trabajador más y no hacer preferencias,
sobre todo si es una empresa grande y hay más empleados que no tienen que ver
con la familia”, sostiene la profesional.
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Es importante tener en cuenta que en caso de estar enfermo o necesitar un día
libre para trámites de índole personal, hay que hacerlo correctamente pasando
por los canales necesarios.
“Muchas veces se cree que por ser el hijo del
jefe se podrá disponer del tiempo que se necesite sin avisar con anticipación,
pero ambas partes se tienen que adaptar para que funcione el negocio y para
evitar problemas en casa”, recomienda Torres.
·
Tener una buena relación de base es clave para poder establecer una buena
relación en el trabajo. “Va a ser muy difícil que un padre y un hijo que se
llevan mal puedan funcionar en un proyecto laboral juntos. Hay que tener los
límites claros, pero también la relación que se tiene que entablar para lograr
eficacia y buen rendimiento”, finaliza diciendo la especialista.
·
Si la relación laboral
no funciona, o el hijo no se siente cómodo por no sentir
que se quiere dedicar a la misma profesión que su padre, no tiene que verse como
un fracaso.
Cada uno tiene sus preferencias y hay que respetarlas sin que esto
sea entrar en un conflicto. Esta quizás sea la más compleja de las estrategias
que hay que tener bien en claro para que no se dañe la relación personal, la más
importante de todas.
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