Si tu bebé tiene un ombligo prominente (salido para afuera, para ser más claro), podría tratarse de una hernia umbilical, o de un defecto o de un agujero en la pared abdominal detrás del ombligo.
Puedes ver la diferencia entre una hernia y un ombligo prominente cuando tu bebé llora: una hernia hará que el ombligo salga hacia fuera aún más, como si se tratara de un globo inflándose.
Las hernias umbilicales se dan en aproximadamente el 10% de los niños, pero la mayor parte de los casos no requiere tratamiento.
Efectivamente, gran parte de estas hernias tienen menos de dos centímetros de diámetro, y se cerrarán por cuenta propia durante los dos primeros años de vida.
En algunas ocasiones, raramente, una hernia umbilical de mayor tamaño requerirá de cirugía, especialmente en las niñas, que podrían tener dificultades durante el embarazo.
Mientras tanto, puedes ayudar a que la hernia se cure vistiendo a tu bebé con pañales que lleguen a cubrir el ombligo y que se mantengan ajustados.
No recurras al viejo truco de tapar el ombligo con una moneda encitanda. El metal de la moneda puede producir irritación en la piel del bebé.
¿Quieres aprender gratis técnicas para tener un embarazo feliz y un parto sin dolor?
Inscríbete ahora en nuestro curso gratis de Fecundación consciente