Como aclarar los conflictos con tu pareja

¿Por que se producen los conflictos de pareja? ¿Como se pueden superar para que la pareja salga fortalecida?

 

En planos superiores
los
conflictos no existen, porque todo tiene su explicación y su lógica. Todo
conflicto se genera por falta de entendimiento, por una visión limitada o por
una mirada subjetiva del que cree observar un conflicto.

Aclarar los conflictos
con la pareja nos ha resultado muy complicado por que cada uno observa la
situación desde su propio y particular punto de vista.

Existe una fuerte 
inclinación a sostener firmemente aquella percepción personal, esperando que el
otro se ajuste o haga los cambios.

Si ambos mantienen la
tendencia a seguir esperando que el otro cambie su parecer, el conflicto se
sigue manteniendo inalterable o empeorando en el tiempo.

Disolver conflictos no
es difícil y ni siquiera es tan necesario que alguien cambie. En realidad, lo
más importante es ampliar la mirada para comprender el contexto, dar luz a la
situación para mostrar su lado oscuro y observar el milagro de su disolución por
arte de magia. 

Además, no se requiere
que los dos integrantes de la pareja se aboquen a esta tarea, es suficiente con
que uno de ellos se atreva a avanzar en esta hazaña, para obtener los beneficios
de la claridad.

Por lo general, la
relación con los padres en las experiencias de la niñez, nos dejan trazada una
forma de enfocar las situaciones que no siempre son la manera más apropiada para
disolver conflictos e incluso muchas veces aprendimos que lo mejor es tratar de
enmascarar, postergar u ocultar la existencia de algún conflicto como una manera
de protegernos.

Cualquiera de estas
alternativas no nos permitirá resolver nada, pudiendo generar un estado de
permanente malestar que se arrastra en la relación a veces por muchos años.

Un conflicto no
resuelto o mal enfocado
desgasta la pareja en todos los sentidos, genera dolor y
un consumo excesivo de energías que terminan afectando a los dos en sus vidas
individuales en las demás áreas de desenvolvimiento y desarrollo.

Por lo general, un
conflicto no es bien venido. Hemos aprendido que un conflicto es señal de
problema y que un problema es señal de sufrimiento.

No es que tengamos que
desear que se presenten conflictos, pero una vez que estos existen, nuestra
disposición para avanzar no pasará por querer quitar el cuerpo al asunto, ni por
querer que el otro se haga cargo.

 Un conflicto se hace
ver para que alguien le preste atención, dedicación y cariño. Una vez que está
presente ya no es posible dejar de considerarlo porque seguirá avisando su
presencia hasta que uno de los dos, o los dos, quieran prestarle la debida
atención.

Es como un bebé que
llega para ser atendido con toda nuestra a atención si no queremos que él se
desvié por caminos que pueden resultar contraproducentes.

Cuando las
parejas
se
encuentran con ciertos conflictos, tienen la tendencia a querer escaparse de él
ignorándolo, negándolo, encubriéndolo, llamándolo por otro nombre u ocultándolo
bajo cualquier etiqueta que pueda dar la oportunidad de no hacerse cargo o
esperando que el tiempo se encargue de solucionarlo.

No es una ley, pero ya
sabemos que la mayoría de los hombres tienen la tentación de querer dejárselo al
tiempo y la mayoría de las mujeres tienen la tentación de quejarse y querer que
su pareja sea el que cambie.

Para la resolución de
conflictos al interior de la pareja es necesario que al menos uno de los dos vea
la situación como realmente es.

Todo conflicto nace de
algún mal atendido y todo conflicto tiene un propósito que cumplir en la
relación. Si se ha estado postergando, es porque se cree que su solución es muy
difícil de alcanzar o porque se está utilizando su presencia como excusa para
esconder la verdadera problemática que encierra.

La dilatación de un
conflicto sin resolver deja de manifiesto que existe resistencia a verlo con
claridad por miedo a lo que trae por debajo. Muchas veces pensamos que al
adentrarnos a mirar encontraremos más problemas que soluciones debido a las
emociones que se encuentran involucradas.

Lo cierto es que, la
observación dedicada de un conflicto siempre aportará claridad y la claridad
aportará paz interior y con ella todo conflicto será resuelto.

Toda postergación se
sustenta en un beneficio que se cree obtener a cambio de mantener las emociones
estables en el mismo lugar aunque sean dolorosas.

El miedo a enfrentar
los conflictos nos mantiene permanentemente en conflicto.

Por Patricia González.


www.yovivo.cl

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