Es uno de
los sentimientos más habituales que se pueden experimentar. Nadie está exento de
padecerlo o de ser víctima de él.
“Cuando surge la
envidia en la pareja es
algo bastante complejo de manejar ya que está mezclada con otras muchas
sensaciones.
Si no se ataja a tiempo el problema que desencadena, se puede hacer
mucho más intenso de lo deseado hasta arrasar con todo lo bueno construido hasta
el momento”, sostiene la psicóloga española Anna Yañez.
Es
habitual que en una pareja ambos miembros progresen de modo diferente no solo en
la relación si no en el ámbito laboral planteado.
“La mujer posterga y asume
más responsabilidades de las que creía que llevaría adelante cuando aún no
pensaba en casarse, convivir con alguien o tener hijos.
Mientras que es más
común que el hombre sea quien cumple sus sueños de desarrollo laboral, tiene
libertad para viajar si lo necesita, especializarse, o trabajar hasta altas
horas sin necesidad de rendir cuentas y sin que nadie dependa de él, para la
mujer eso no existe y tiene que postergar sus necesidades por tener que cumplir
con otras obligaciones como el cuidado de la casa, de los hijos y demás
actividades que estaban fuera de su perspectiva inicial”, reflexiona la
terapeuta.
Históricamente siempre ha sido así y es muy difícil que esta situación se
revierta. “También hay casos en los cuales la mujer gana más dinero que el
hombre y genera en éste un disconfor tal que todo en la pareja pasa a ser
negativo y el único tema de conversación es el referido al status económico de
ambos”, analiza la profesional.
Claves
para no dejarse atrapar por la envidia:
· Repartir lo más posible las tareas para que ambos tengan las mismas
oportunidades a la hora de alcanzar una meta propuesta.
·
Cuando la envidia, aparece, rápidamente hay que actuar. “Se supone que la
persona que tenemos al lado es con la que queremos estar.
No tiene sentido
iniciar una batalla de rencor o resentimiento. Hay que reconocer lo que se
siente y afrontarlo juntos para poder hallar una salida positiva”, comenta
la profesional.
· La
competencia es sana cuando ambos miembros pueden desarrollarse según sus
expectativas. “De nada sirve que uno crezca mientras el otro se hace cada vez
más pequeño ante sus ojos”, opina Yañez.
·
Determinar hasta qué punto los logros del otro molestan. “Es importante
establecer un parámetro. Puede ser normal en el momento sentir algo de envidia,
pero luego esa sensación debe transformarse en una reacción positiva.
Si esto no
ocurre será el comienzo de un largo proceso de constante malestar en la pareja
que de una u otra manera hay que solucionar cuanto antes”, explica la
psicóloga.
· El
secreto se halla en poder mantener un equilibrio y complementarse. “Realizar
tareas distintas laboralmente puede ser altamente beneficioso para eliminar la
competencia entre ambos y fomentar la ayuda mutua.
Comprender al otro y hablar
sobre los objetivos de cada uno es válido para eliminar las sensaciones
negativas como envidia, celos y constante espíritu competitivo”, analiza la
profesional.
· El
estar insatisfecho con uno mismo es uno de los factores que disparan el
sentimiento de envidia. “Hay que analizar qué es lo que no anda bien o no
gusta de la propia vida para poder solucionarlo. En cuanto se haga la envidia
desaparecerá”, sostiene la especialista.
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