Cuando los novios sustituyen el amor paterno

Muchas madres solteras o separadas temen que sus hijas busquen relaciones amorosas sólo para suplantar al padre ausente. Aquí van algunas claves para poder entenderlas y acompañarlas en su crecimiento.

Muchas madre solteras o separadas recientemente y que crían solas a sus
hijas temen que estas al llegar a la adolescencia reemplacen el amor paterno que
les falta por el que le brinden sus futuros novios.
 

Al no estar presentes en la etapa de la crianza la figura paterna tiende
a ser borrosa para las niñas y sienten que sus padres ya no las aman.

 

Al entrar a la adolescencia se embarcan
en un
viaje que las va ayudar a comprender realmente quien es su padre y quien no.
Este proceso las ayuda a formar esperanzas realistas, que pueden llegar a
demostrarse dolorosas y desilusionantes.

 


La esencia de la adolescencia es establecer la identidad de la persona,
estableciendo un sentimiento de si mismos como separados y diferentes de los
padres. Por lo tanto, no hay motivo a priori para temer a este proceso, pues
además puede ser una oportunidad para el fortalecimiento de la identidad de su
hija.
 


Trabajar sus sentimientos hacia su padre la ayudaran a elegir mejor sus
relaciones, no menos que eso.


Mientras puede ser cierto que el padre –aunque ausente- la ame de la mejor
manera que puede, es también doloroso el que aparentemente no haya sido capaz de
poner las necesidades de su hija en primer lugar.
 


Es necesario contener a los hijos para que puedan elaborar y manejar la
situación lo mejor posible, y para ello hay que tener cuidado con proyectar en
ellos la propia desesperanza, frustraciones y temores, que pueden manifestarse
en su impotencia para manejar el asunto.
 


Además sea consciente de la posibilidad de que sus propias ansiedades pueden
cambiar la manera de juzgar las situaciones por las que atraviese su hija. Por
ejemplo, usted podría reaccionar mal ante un “noviecito” o una salida de su hija
–cosas normales en la adolescencia- solo porque piensa que sufre mucho, o porque
considera que no es capaz de enfrentar y manejar la situación.

Es decir: Mucho cuidado con proyectar en nuestros hijos lo que nosotros sentimos
y lo que nos pasa, que mucha veces no tiene relación con lo que realmente les
está pasando a ellos.

 


No la subestime, ayúdela a encontrar su dolor y a identificar sus sentimientos,
necesidades y todo lo que ella quiera para su bienestar. Crea en ella, como
también en su capacidad para formar relaciones saludables.

 


La capacidad de ella para encarar la realidad de la relación que tenga con su
padre, sumado al amor y apoyo que usted le de, es algo que la va a fortalecer.
La identidad de su hija no está formada por las acciones de su padre, sino por
lo que ella pueda entender acerca de si misma.

 


Los chicos necesitan solo un buen padre o madre para desarrollarse de forma
saludable. Aunque usted esté dispuesta a discutir sus sentimientos y desarrolle
su propia habilidad para fortalecer y ser consistente en su disciplina, su hija
no va a tener ninguna razón de sustituir un vinculo familiar por un chico
adolescente. En cambio ella simplemente disfrutará saludablemente de sus citas.



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