“Las relaciones, no todas duran para siempre y es normal pasar un período de
duelo que implica e desgarro, la baja autoestima, el llanto y la desesperación.
Todo se ve negro y se piensa que nunca se volverá a ser feliz, pero con el
tiempo la realidad se acomoda y los sentimientos también. Hay que entender que
solamente se trata de un período y que luego hay que volver a la vida normal que
se tenía.
Cuando esto no ocurre y el amor perdido
se transforma en una obsesión se corre
el riesgo de enfermarse psicológicamente y también físicamente en los casos más
extremos.
Hay que ser cauteloso y sobre todo valorarse a uno mismo que es en definitiva lo
que hace que se salga adelante”, argumenta la psicóloga argentina Maria del
Sol Robles.
Recomendaciones desde la visión profesional:
·
Cuando los recuerdos que se quieren volver a alcanzar comiencen a aparecer hay
que hacer un ejercicio de autocontrol en donde la mente está implicada.
“Hay que llenarse de autoestima, recordar el valor propio que se tiene y
comentar mentalmente los motivos por los cuales la relación no funcionó.
Recordarlos en todo momento ya que el cerebro cuando se está bajo de defensas
tiende a buscar salidas que contribuyen con el autoboicot y rápidamente
comenzará a añorar los buenos momentos, lo bien que la pasaban juntos y
situaciones de esa índole que por más que hayan sido ciertas no alcanzaron para
salvar la relación cuando se pudo”, aconseja la especialista.
·
Encerrarse está prohibido. “No se tendrán ganas de salir a despejarse, pero
no importa, hay que hacerlo de todos modos y una vez que se esté en otro
ambiente diferente incluso solo si no se quiere ver gente los primeros días, la
sensación será diferente.
El alma debe ir sanando, pero la mente que es quien regula y maneja todo también
debe estar libre de cualquier trampa que se le quiera poner en momentos de
desesperación”, explica Robles.
·
El apuntarse a un gimnasio o practicar algún baile es una alternativa muy
saludable. “Está demostrado que mantenerse activa físicamente regula y
equilibra el estado de ánimo, más allá de los beneficios físicos.
La natación o asistir a algún taller de salsa o baile poco convencional ayudará
a desatar las tensiones e incluso comenzar a pasar ratos agradables”, opina
la psicóloga.
·
Es importante apuntar si es necesario en un papel todos los momentos malos que
se han vivido. “La idea no es que la persona se vuelva masoquista, sino que
recuerde con objetividad los motivos de la ruptura.
Es bastante habitual idealizar a la pareja cuando ya no está a nuestro lado. Los
recuerdos comienzan a distorsionarse y eso genera mucha angustia y ansiedad y en
esos períodos se pueden tomar decisiones equivocadas como la de querer regresar
con esa persona, perseguirla, obsesionarse y en consecuencia, enfermarse. Lo
mejor es acudir a ese papel cada vez que se sienta esa sensación”,
recomienda Robles.
·
Un clavo no saca a otro clavo. “Sería un gran error querer comenzar otra
relación rápidamente.
Hay que hacer el duelo, eso ayudará a conocerse a una misma y si no se ha pasado
antes por una situación así, se podrá luego, pasado el dolor recordar la
experiencia de cómo se ha reaccionado, pero la idea no consiste en seguir
lastimándose e incluso dañar a una persona nueva que aparezca en nuestras vidas”,
considera la psicóloga.
Pensar en positivo a pesar del dolor es la única manera de sanar el corazón y la
mente. “Es difícil a primera vista, pero si se tiene el coraje de afrontar la
propia experiencia como algo que forma parte de la vida misma se podrá salir
antes y mejor de la situación”, finaliza diciendo la terapeuta.
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