¿Te casarías por dinero?
Según un sondeo de
una firma de investigación de riqueza de Estados Unidos realizada a 1.134
personas, reveló que el 66 por ciento de las encuestadas y el 50 por ciento de
los hombres estarían extremadamente dispuestos a casarse por dinero.
Las respuestas variaron según la edad. Las mujeres de treinta años fueron las
más proclives a una respuesta afirmativa mientras que los hombres en sus veinte
resultaron los menos interesados en la propuesta.
“Las cifras finales son shockeantes, pero están representando una realidad
social ya que tanto hombres como mujeres parecen estar de acuerdo en algo: es
importante tener dinero y cuanto más se tenga, mucho mejor, hasta me casaría”,
comenta la socióloga mexicana Cielo Cárdenas Marín.
El matrimonio entonces no tiene una relación directa con el amor y con las
motivaciones que culturalmente lo han estructurado? “Las prioridades han ido
cambiando de acuerdo con las necesidades y exigencias sociales.
Es más probable que una pareja se case cuando tienen dinero y cuando hay una
estabilidad, lo cual es lógico, pero de ahí a que cualquiera comprometa su vida
a la de otro sólo por dinero es ya una exageración que preocupa por lo masiva
que está resultándola opinión tanto en hombres como en mujeres”, agrega la
especialista.
El precio matrimonial varía según la edad y el sexo. Cuando se les preguntó a
las mujeres de veinte años, cuán grande debía ser el patrimonio del hombre para
casarse, el promedio fue de 2,5 millones de dólares. La cifra desciende a 1,1
millones para aquellas de treinta años y vuelve a ascender a 2,2 millones para
las mujeres de cuarenta.
Los hombres, tienen exigencias más económicas. El precio promedio fue de 1,2
millones de dólares. Aquellos de veinte años pidieron 1 millón y los de
cuarenta, 1,4 millones.
Aquellas mujeres de veinte años que dijeron que se casarían por dinero, el 71
por ciento afirmó que se divorciarían más adelante. Sólo el 27 por ciento de los
hombres de cuarenta años coincidió en que se divorciaría en un futuro cercano.
¿Casarse por dinero... o por aburrimiento?
Hay muchos motivos por los que una pareja se casa: “por amor, por obtener
legalidad en el país en donde se esté, por curiosidad, por ganas de tener hijos
y hasta por aburrimiento”, sostiene la socióloga norteamericana Marcy Richardson,
especialmente para www.enplenitud.com.
“En realidad, no debería por qué espantarnos el resultado de esta investigación
ya que al menos refleja de manera sincera lo que los protagonistas piensan y
sienten. Quizás, hasta es mejor casarse por dinero y no por aburrimiento o
curiosidad que son motivaciones absolutamente inútiles”, agrega.
Lo cierto es que estos datos, sumados a la avalancha de anuncios de personas que
se ofrecen para casarse por dinero, despertaron la sensibilidad de muchos. “La
gente se asombra porque culturalmente el mandato que recibimos es casarnos por
amor, sin importar si se tiene o no dinero.
Eso de “contigo pan y cebolla” es anticuado y anti funcional. Las sociedades han
cambiado. Ahora la mujer persigue lo que quiere sin ser pacata y sin tener en
cuenta el qué dirán. Si quiere dinero, pues a eso se dirige y no está mal desde
el punto de vista de la motivación.
Cada uno gobierna sobre su destino. Nadie asegura que desear el amor por sobre
todas las cosas dentro de un matrimonio sea lo mejor. Mucha gente se casa
teniendo en cuenta esa premisa cultural y religiosa y luego se divorcia sin más.
No todo lo que nos han enseñado de pequeños hay que tomarlo como verdad absoluta
o que sirva de modelo para todos, porque queda demostrado que cada quien es
diferente y con necesidades y gustos absolutamente dispares”, finaliza diciendo.
Establecer un límite de importancia y de prioridades parece ser la clave para
encontrar, en el mejor de los casos, un equilibrio entre el dinero y el
matrimonio, más allá de que se elija un compromiso para gozar de bienestar
financiero o amor, con todo aquello que estas dos condiciones encierran.