Has deambulado por las noches conociendo cientos de mujeres. Has disfrutado
manteniendo siempre tus opciones abiertas, pero últimamente hay una mujer que ha
hecho que te preguntes si ella es “la mujer”. A continuación, los tips para
descubrir si estás realmente enamorado.
Has olvidado a tu ex/span>
Con frecuencia, el final de una relación es seguido de un período en el que
inevitablemente se piensa en la ex pareja; un período destinado a averiguar con
certeza si la decisión de tomar por caminos separados ha sido la correcta.
Dependiendo de cuánto hayan estado juntos, estas dudas podrían salir a la
superficie una y otra vez.
No obstante, desde el momento que has conocido a esta nueva mujer, el
pensamiento de volver con tu ex ya no anda revoloteando en tu cabeza. Y cuando
te pones a pensar en ella, difícilmente consigues imaginarte qué fue lo que te
atrajo tanto en un principio.
No puedes dejar de pensar en ella
Te sientes consumido por los constantes pensamientos que la tienen como
protagonista. Ella se mete en tu cabeza, sin razón aparente ni previo aviso, y
no puedes evitar preguntarte si ella pensará en ti sólo la mitad del tiempo que
tú piensas en ella. Te preguntas a cada rato qué estará haciendo, y los impulsos
de llamarla son por demás poderosos (aunque los resistes por miedo de quedar a
sus ojos como un hombre sobreexcitado).
Pero las cosas se ponen peores. Sales con tus amigos, y, al ver un artículo
particular en la vidriera de una tienda, te preguntas cómo luciría en ella. Es
más: ahora prestas atención a la cartelera del cine, porque sabes que ella ama
las películas, y tú ni recuerdas la última vez que viste una película en
pantalla grande.
Si ella es la última cosa en la que piensas antes de ir a la cama, y la primera
cosa que viene a tu mente cuando te levantas —e incluso has soñado con ella en
unas cuantas ocasiones—, entonces ya no necesitas seguir preguntándote si estás
enamorado o no. Lo estás.
Te preocupas por ella
Existe una razón por la que no quieres saber demasiado acerca de la mujer que
tienes a tu lado: no la amas. Cuando estás enamorado de una mujer, quieres saber
todo sobre ella: cómo es, qué piensa, qué la hace reír. Realmente te preocupas
por ella y por sus sentimientos.
Si realmente amas a una mujer, te sentirás mal si ella no tiene un buen día o si
está preocupada por algo. No intentas animarla porque debes hacerlo, sino porque
no puedes evitarlo.
Sus rarezas te resultan encantadoras
El hecho de que lleve su pasaporte dondequiera que vaya —por si acaso— y de que
a raíz de sus equivocaciones al hablar haya inventado un diccionario propio de
palabras, te llena de una inexplicable sensación de felicidad.
Ella hace y dice cosas que la hacen diferente, y tú te derrites ante eso. No
sabes por qué demonios ocurre, pero tampoco te interesa averiguarlo. Ella te
gusta de la manera que es.