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La existencia de tu novia es un secreto
Cuando hablas con otras mujeres, evitas mencionar la existencia
de tu novia, y si te preguntan, mientes y dices que no tienes. Disfrutas
recibiendo la atención de esas mujeres y por nada en el mundo quieres que la
conversación llegue al punto que debas admitir que duermes con una mujer de 140
kilos que cada vez se parece más a su madre —lo mismo ignorarás su existencia si
es flaca, bonita, y de grandes curvas—.
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Tienes pensamientos sexuales con otras
mujeres
Es hora de reconocerlo: si estás vivo y respiras, y comes carnes rojas, y te
gusta mirar el noticiario deportivo por las noches, entonces es posible que te
entretengas pensando en cómo serían tus relaciones con otras mujeres. Y todos
sabemos cómo funcionan estas cosas: una vez que tu mente a empezado a trabajar,
tu amigo juguetón no tardará en querer seguirla. De hecho, podrías descubrir que
eres incapaz de tener una erección con tu pareja a no ser que imagines que se
trata de otra persona.
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Das a entender a tu novia que la infidelidad no es tan mala
Al relajar tu código de normas morales, esperas que tu pareja sea más
comprensiva si, eventualmente, te descubre haciendo travesuras con la empleada
doméstica. Durante este período, sugieres incorporar una tercera persona a la
cama, le dices que la monogamia es una día que va contra las leyes de la
naturaleza, y que en pocos años dejará de existir.
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Buscas excitación en cualquier otra parte
Cada ve con mayor frecuencia visitas esos clubes de desnudistas y esas páginas
Web con mujeres que se desnudan en tiempo real. El verdadero problema, desde
luego, es que ya no te sientes excitado por tu pareja. Tal vez, perdieron la
espontaneidad que tenían al principio de la relación, o en una de esas tienes
miedo que una de las tiras del portaligas se suelte y te dé en el ojo.
Cualquiera sea la razón, en esas raras ocasiones en que todavía tienen sexo, te
encuentras acelerando las acciones —prácticamente salteas el jugueteo previo—
para terminar lo más rápido posible. Me olvidaba: hace siglos que no pruebas una
nueva posición. De hecho, tu catálogo se resume a un par de posiciones.
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Observas los avisos de escorts y te
suscribes a sitios Web para adultos
Comienzas a buscar mujeres disponibles para pasar un buen rato; mujeres que
todavía sean capaces de impresionarte. Estas mujeres pueden ser menos atractivas
que la tuya, pero al menos tendrán ese aroma a novedad que tanto te atrae.
Después de todo, no estás buscando formar una nueva pareja, sino un poco de
diversión sin compromisos.
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Abordas a las mujeres y consigues números
telefónicos
A menudo te encuentras recorriendo clubes y bares para dar
rienda suelta a tus antiguas tácticas de conquista. Enciendes una vez más tu
encanto, y de tu boca vuelven a salir aquellas frases que tanto beneficio te han
dado en el pasado. Existe la posibilidad de que incluso tengas más éxito que en
el pasado, dado que ahora tienes la seguridad de una relación segura aguardando
en casa, y toda la confianza y la seguridad que ésta te proporcionan.
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Buscas oportunidades de conocer nuevas
mujeres
Te inscribes en clases de salsa y de cocina, y nadie te obliga a hacerlo. Tal
vez, encuentras motivos para trabajar hasta tarde y corroborar números con esa
atractiva (y ligeramente descocada) pasante. Tal vez te has convertido en el
único integrante hombre del club del libro feminista. El punto es que comienzas
a hacer tu juego en forma más agresiva.
Piensa antes de actuar
¿Estos signos te resultan familiares? Estos cambios repentinos y acumulativos en
tu personalidad, en tus palabras, y en tus acciones pueden ser señales de que
planeas arrojarte a los brazos de otra mujer. No obstante, antes de hacerlo,
reacuerda que cualquier relación que valga la pena puede ser salvada mediante
comunicación abierta y sincera, y que las aventuras, si bien pueden resultar
tentadoras, tienen el potencial de explotar en tu cara. Después de todo, una vez
que la confianza se pierde, puede ser imposible volver a recobrarla por
completo. En consecuencia, procede con cautela antes de tirarlo todo por la
borda.